Miércoles, 9 de septiembre de 2015 | Hoy
CIUDAD › INFORME DEL REGISTRO PROVINCIAL DE TORTURAS, ABUSO POLICIAL Y MALAS PRáCTICAS
"Son los más vulnerables, los que tienen menor capacidad simbólica para denunciar",señaló la directora del organismo público, al explicar que el relevamiento es "un primer acercamiento" y que no necesariamente son denuncias judicializadas.
Por José Maggi
De acuerdo a un informe del Servicio Público Provincial de la Defensa Penal, entre diciembre de 2014 y abril de 2015, "se registraron 187 casos de torturas por parte de fuerzas de seguridad en la provincia". Así lo afirmó Lorena Negro, flamante titular del Registro Provincial de Torturas, Malos Tratos, Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes, Abuso Policial y Malas Prácticas. Los varones que más abusos sufren tienen entre 19 y 29 años, son argentinos y sólo terminaron la primaria. Un 93 por ciento de los maltratos se dan en las calles y en las comisarías. El 58 por ciento ocurrió en un solo lugar, el 40 en más de uno. En general la policía detiene y maltrata a la madrugada y a la mañana (más de la mitad de los casos son en esos horarios). Rosario es la ciudad con más casos de abusos: 108. En Santa Fe fueron 34 abusos de los cuales 29 fueron en la vía pública.
Según el Registro Provincial, 169 son varones, diez son mujeres y ocho no quedaron registrados en las planillas. En este sentido la funcionaria detalló que del total de los casos, 108 pertenecen a Rosario. Además, el 43 por ciento refiere a víctimas de entre 19 y 29 años, y un 12 por ciento a chicos menores de edad. En la mayoría de los casos, sólo tienen estudios primarios.
La responsable del Registro Provincial de Torturas, contó que el relevamiento es "un primer acercamiento" y que no necesariamente son denuncias judicializadas, ya que basta "con sólo acercarse e informar que fueron maltratados". En este sentido, el informe advierte que el 38 por ciento de los casos no son judicializados por temor a represalias. "Son los más vulnerables, los que tienen menor capacidad simbólica para denunciar. Y de hecho al relevar nosotros estos datos en comisarías y centros de detención tuvimos que indagar bastante, porque son personas que tal vez tienen muy naturalizado el maltrato tanto físico como psicológico".
De acuerdo al Registro según el tipo de agresión en ciertos casos se combinan los tres tipos diferentes de agresiones: físicas, psicológicas y afectaciones. La mayor cantidad de registros se refieren a agresiones físicas con un total de 251 agresiones. Entre ellas las más reiteradas son los golpes y golpizas. Las agresiones psicológicas tienden a concentrarse mayormente en las amenazas constantes y otros maltratos a los familiares. Con respecto a las afectaciones cabe destacar que el armado de causas es el más registrado seguido de la falta de atención médica, odontológica u otorgamiento de medicamentos.
Otro dato revelador es que del total de 187 casos, sólo 68 casos identifican el autor. Cabe destacar que sólo el 14 por ciento de los autores de los hechos de tortura poseían placa identificatoria. Sólo un 16 por ciento de las víctimas pudieron identificar el autor de otro modo. En el 48 por ciento de las planillas relevadas no se registra este dato.
El personal de comisaría presenta la mayor cantidad de menciones, seguido por el Comando Radioeléctrico. Si se considera el total de
personal policial se puede afirmar que poseen casi la totalidad de las menciones.
Los datos del Registro Provincial de Tortura coinciden con el estigma con el que trabajan los agentes de la fuerza. "Prefiero que un policía pare a un joven, lo identifique y continúe su tránsito y no que por no tener este tipo de práctica ese joven finalmente termine cometiendo un delito", dijo Ariel Sánchez, regente de la zona sur del Instituto de Seguridad Pública, del Ministerio de Seguridad de la provincia de Santa Fe.
En una entrevista con Rosario/12, publicada el domingo último, el policía confesó lo que muchos adolescentes y jóvenes viven cada día: que los agentes detienen por "portación de rostro" y que cometen el "error de estigmatizar". "Yo no soy antropólogo, pero sí ocurre que cuando uno tiene una gimnasia de trabajar mucho tiempo en la calle, a veces se da cuenta de que hay ciertas características físicas que se repiten", explicó. Todo lo que hacen responde, según Sánchez, a los deseos de los ciudadanos. "Si la propia comunidad pide seguridad, lo mejor es trabajar desde lo preventivo. De alguna forma ese trabajo tiene que hacerse. En este tipo de requisas, muchísimas veces se han prevenido delitos graves", contó el regente a este diario.
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