Más allá de la urgencia que representaron los damnificados en las ciudades de la provincia de Santa Fe, por las intensas precipitaciones; y con el régimen de lluvias ya más atenuado, en la semana que pasó se comenzó a mirar con preocupación el campo. La Federación Agraria Argentina, la Mesa Provincial de Lecherías y distintas agrupaciones de tamberos santafesinos ya comenzaron a calcular las pérdidas. "Estamos hablando de muchísimos tambos que están trabajando sólo al 10% de la producción y algunos nada", dijo Pablo Orsolini de la FAA y aseguró que "más allá de la declaración de la emergencia que exime del pago de algunos impuestos, esta vez con eso sólo no alcanzará". Para el dirigente, "esta vez va a haber que hablar en serio de subsidios y créditos blandos para el sector si no de ésta va a ser muy difícil salir". Ayer, la Sociedad Rural emitió un documento en el que destaca que las inundaciones "van a impedir que la cosecha sea un récord este año".

La palabra Cambio Climático, en la que tan pocos creían tan sólo unos atrás, ya forma parte del nuevo léxico del campo. No es para menos, es lo único que puede alcanzar a explicar lo que ha pasado en los últimos tiempos. Esta semana, la ciudad de Tostado en el norte provincial, dio la nota. En esa zona se estaba el año pasado en una de las sequías más profundas de los últimos años y hasta se declaró la emergencia. Pero el jueves pasado -en sólo 10 horas- cayeron 180 milímetros: Esto es más de lo que cayó en siete meses del 2006 en esa misma zona. Con lo que ya había llovido este año, la inundación abarca un 60 por ciento del casco urbano de Tostado y grandes zonas rurales están bajo agua. Según se informó en las últimas horas, existen unos 150 evacuados y unas 20 personas autoevacuadas ya que en algunas viviendas precarias (no más de seis) están con peligro de derrumbe. El intendente Enrique Fedele manifestó que "Suroeste y Los Bretes son los barrios que están en una situación muy crítica, debido a que el agua aún permanece en el interior de algunas casas, lo cual se ve agravado, porque al propio anegamiento se le suma el escurrimiento de barrios radicados en lugares más altos". Pensar que en los últimos meses del 2006 hasta esa localidad, el gobierno provincial llevaba agua con camiones por la sequía que había.

Por su parte, la Sociedad Rural Argentina, señaló en un comunicado que las inundaciones de Santa Fe y Entre Ríos "ponen en riesgo la cosecha estimada de 90 millones de toneladas en la actual campaña agrícola", y señaló que se agrava la "acuciante" situación ganadera. El titular de la entidad, Luciano Miguens calificó de "alarmante" a la situación de los productores agropecuarios de Santa Fe y Entre Ríos y se solidarizó "en particular con los ganaderos, quienes ya venían golpeados por las erráticas medidas económicas" del gobierno. El dirigente ruralista explicó que el alcance de la inundación, unas 3,5 millones de hectáreas, pone en riesgo la cosecha récord que se esperaba. "Con este imponderable, no sé si el récord llegará. Además del daño inmediato a la ganadería y a la producción láctea, también sufrirá mucho la agricultura. Aún es temprano para evaluar los daños, la cosecha gruesa (soja y maíz) recién empieza, pero habrá daño".