Domingo, 8 de abril de 2007 | Hoy
Hasta el mediodía quedaban unas 47 personas en el Batallón 121. Era el último centro de evacuados en funcionamiento. Por la tarde, dos micros los llevaron a sus domicilios.
"Va a ser difícil volver a empezar". Con esta frase, el último evacuado de Rosario salió ayer del Batallón 121. Fueron días arduos, viviendo todos juntos en un espacio no muy grande y con la incertidumbre sobre cómo había quedado la casa que se había abandonado por la inundación que afectó principalmente a Nuevo Alberdi y Barrio Municipal. Las 47 personas que quedaban alojadas en el ex batallón del Ejército regresaron a sus hogares, felices de poder volver, pero concientes de las dificultades que les esperan en sus precarias viviendas anegadas. En Rosario, en el pico de la inundación llegó a haber 4 mil evacuados y el 121 fue el primer centro que abrió para albergarlos. Ayer cerró sus puertas para dejar atrás el recuerdo del sufrimiento, pero también la sensación de intensa solidaridad que se despertó en cada rincón de Rosario para acercar hasta allí ropa, alimentos y artículos de limpieza.
Hasta el mediodía de ayer, 47 personas (correspondientes a 11 familias) en su mayoría del barrio Nuevo Alberdi seguían alojadas en lo que era el último lugar para desplazados por el temporal que azotó la ciudad durante la última semana de marzo. Pero a las 15.30, abandonaron el lugar en dos colectivos que dispuso la Municipalidad.
Entre ellos, el último en irse del Batallón fue Gabriel Maidana de 23 años. El estuvo allí durante nueve días con su esposa y su hija. Ahora, si bien regresaba a su casa sabía que el drama no terminaba. "Tenemos agua todavía adentro", le contó el último evacuado oficial al móvil de Canal 3.
Gabriel, como muchos otros perdió casi todo lo que tenía, que por otro lado no era mucho. "Va a ser difícil volver a empezar", sintetizó el joven que se dedica a fabricar ladrillos.
Se cerró así un capítulo de la emgergencia (los evacuados llegaron a ser cuatro mil y se habilitaron al menos cinco lugares oficiales) pero comieza otro: el del regreso a los hogares devastados por la lluvia, el barro y los peligros de infección. De hecho, en la zona de Nuevo Alberdi y barrio Municipal está habilitado como un centro de día un galpón de Defensa Civil sobre calle Granel (paralela a la ruta 34).
En Rosario, la lluvia de las últimas horas no generó nuevos desplazados. "Tenemos en la zona de Nuevo Alberdi un centro Crecer y un centro de salud que funcionan como Centro de Día para evacuados, donde los vecinos pueden cenar y almorzar, reciben todo tipo de asistencia. Pero no hubo nuevos desplazados", aseguró el titular de Defensa Civil de la Municipalidad, Marcos Escajadillo. Hasta ayer a la mañana se trabajó en la zona con bombas para retirar el agua, "pero ahora como esta dentro de los parámetros el cauce del Ibarlucea hay que esperar a que el agua baje sola", señaló el funcionario.
De todos modos, las nuevas lluvias pusieron en alerta a vecinos de otros barrios. "Estuvimos intentado limpiar la zanja porque el agua no corre al estar tapada de la basura que dejó la inundación. Igual, en mi casa, yo volví a colocar las bolsas de arena en la puerta", contó una vecina de barrio Cristalería. En ese lugar, que estuvo inundado una semana, se vivieron momentos de tensión el lunes pasado cuando un grupo de personas intentó a romper la ruta 34 con picos y palas. Finalmente, las bombas llegaron para drenar el agua estancada de un lado a otro y los vecinos se calmaron.
Ahora, las autoridades sanitarias tienen un gran trabajo por delante en función de los riesgos que aún permanecen a pesar de que se retiraron las aguas.
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