Domingo, 9 de diciembre de 2007 | Hoy
Se trata de la titular del Distrito Oeste Susana Bartolomé y del coordinador de Cultura de ese minimunicipio, Raúl Robles.
Por Sonia Tessa
La inquietud nació de la posible reubicación de la directora del Centro Municipal del Distrito Oeste, Susana Bartolomé, como así también el coordinador de Cultura de ese minimunicipio, Raúl Robles. Más de 150 instituciones de la zona se reunieron para respaldar a estos dos funcionarios y pedir que la Municipalidad garantice la continuidad de la política de "puertas abiertas y participativa" que ellos desarrollan. Escribieron una carta dirigida al intendente Miguel Lifschitz, donde le piden "la continuidad de ambas gestiones, con el convencimiento absoluto de su predisposición a oír las voces de los vecinos" y subrayan: "La mano tendida, el oído alerta, el corazón abierto y la mente despierta estuvieron permanentemente a nuestra disposición. Construimos juntos, discutimos con altura y respeto, elaboramos proyectos, se gestionó dándonos participación y la transparencia nunca estuvo ausente".
Los referentes sociales reconocen un cambio desde la llegada de la actual gestión al distrito. "Venimos trabajando en el barrio desde hace muchos años y Susana nos abrió la puerta. Nos ayudó mucho. Si le surge algo mejor, no podemos impedirle que vaya, pero si viene alguien diferente, queremos que tenga la misma política", afirmó Vanina del Frate, de la vecinal Justo José de Urquiza, ubicada en Matienzo 2750. No se trata sólo de Bartolomé. "Robles mantuvo permanentemente los espacios más marginales con actividades deportivas, y los talleres culturales, que permiten aprender con gusto a chicos que, sin esas alternativas, estarían aspirando pegamento en cualquier plaza del barrio", agregó José Ernesto Benítez, presidente del grupo comunitario Pañú, de Río de Janeiro 3437.
La continuidad de Robles -en el marco del cambio de autoridades en Cultura- es defendida con uñas y dientes por las organizaciones. "Hasta que ellos llegaron, los talleres se definían desde el centro, y los coordinadores eran totalmente ajenos a la realidad de la gente. Nosotros teníamos un taller de cumbia cruzada, pero no tenía cabida. Entonces, los jóvenes eran expulsados. Un lujo que no podemos permitirnos", relató Priscila Castañeda, del Colectivo de Acción Cultural de la vecinal 13 de Marzo.
Esta referente recordó que al comienzo, cuando llegaron estos funcionarios, fue reacia. "Yo pensaba que no tenía sentido reunirnos, para que nos volvieran a decir que no. Estábamos acostumbrados a que no nos escucharan. Y la realidad que se vive en estos barrios es demasiado dura para que encima, desde el Estado no te entiendan", afirmó. Por eso, y luego de una relación construida a partir del trabajo conjunto, subrayó que la gestión "comenzó una política de reconocimiento de los compañeros que trabajan en los barrios". Eso significó, en concreto, la contratación de los talleristas que ya desarrollaban actividades. "Antes que preguntarse si tenían el título de Bellas Artes, veían qué habían construido desde la propia identidad", remarcó. El presupuesto participativo fue la herramienta para lograrlo.
La realidad social del distrito Oeste es compleja, y dramática. En ese marco, un proyecto como el de Animadores Sociales hace eje en la participación, y la apropiación de la palabra por los sectores menos escuchados. "Las gestiones en general de las distintas coordinadores, y en particular de la Dirección de Distrito y de la Coordinación General de Cultura han sido sensiblemente atentas a nuestros pedidos, no apartando la mirada de la problemática social, entregando herramientas transformadoras a través de la cultural, entendiendo el arte y la participación como métodos de inclusión", dice la carta que redactaron en conjunto. Allí destacan los proyectos de talleres culturales y recreativos, educar para convivir, animadores sociales, cine en los barrios e informática. "Proyectos pensados y luego ejecutados por los mismos vecinos del barrio, en justo y merecido reconocimiento de compromiso, trabajo consecuente para con los vecinos, principales beneficiarios de estas propuestas", destacan.
También recordaron la actitud de compromiso ante los dos fenómenos climáticos extremos de los últimos tiempos. Con la pedrea del 15 de noviembre de 2006 -particularmente virulenta en la zona oeste- y las inundaciones de marzo de este año, "la presencia fue inmediata, organizando, articulando, poniendo manos a la obra para paliar el momento tan difícil que vivía la gente", describió Castañeda.
La referente subrayó que "la Municipalidad no paga por la sensibilidad social, sino que remunera un trabajo. En el caso de estos funcionarios del Distrito Oeste, destacamos el compromiso permanente".
Las vecinales, clubes, cooperativas, centros comunitarios, comedores y copas de leche, consejeros del presupuesto participativo, escuelas, iglesias de distintos cultos, así como centros de jubilados y agrupaciones juveniles se movilizaron para impedir un retroceso en el distrito que se construyó con el eje en la participación de los vecinos. "El 2 de septiembre los vecinos votamos, abrumadoramente, la continuidad de la gestión municipal y Usted encabeza -apelan al intendente- lo que e caracterizó por la descentralización, participación, el respeto por la diversidad de opinión, el ejercicio responsable de la democracia, de la cual nos sentimos orgullosos y realmente protagonistas", comienza la carta.
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