La puja entre vecinos y funcionarios municipales por la continuidad del local bailable La Diosa continuó ayer en medio de una manifestación organizada por los padres de Pablo Carabajal, el pibe de 16 años, acuchillado la madrugada del sábado. Los vecinos se mostraron "preocupados porque el local no está habilitado como discoteca sino como cantina".

El director de Inspecciones Claudio Canalis aseguró que "se tomará una medida preventiva hasta tanto se dilucide la responsabilidad del titular del comercio y preventivamente va a ser cerrado". El representante legal de La Diosa, Gustavo Feldman, se opuso al trámite. "No me parece correcto que tengan que clausurar nada. Efectivamente, el homicidio se dio dentro del boliche como los hay en bancos, cines y restaurantes de una ciudad con más de un millón de habitantes y un índice delictual elevado". "Clausurar el local es una medida típicamente amarilla", lanzó el abogado y aseguró que "no hay ninguna condición objetiva como para tomar una represalia contra el local y lo que si puede ocurrir es que (el secretario de Gobierno, Juan Carlos) Zabalza le tenga miedo al comentario de las radios y los diarios".

A su vez, los habitantes de la zona de Salta y Cafferata y San Nicolás y Salta aseguran que viven momentos de tensión durante las noches que funciona la tradicional bailanta. "En 2003 hicimos una denuncia y pedimos una inspección, no nos dejaron pasar. Escribieron todo y tenemos la fotocopia de lo que pusieron: gente comiendo y todo tranquilo". "Ahí no hay nada para comer y nunca poca gente. Los niveles de sonido pasa los permitidos, hay recitales. Y como vecinos, en la calle hay mucha inseguridad, los niveles de droga y alcohol son muy altos. Después de mucha insistencia logramos que pongan un guardia policial que cuida el momento en el que ingresan", recordaron.