El equipo económico del municipio ya terminó de elaborar el Presupuesto 2009. Esta semana, cuando se reincorpore a sus funciones tras el viaje a Chile, el intendente Miguel Lifschitz deberá decidir qué alternativa de las sugeridas por sus colaboradores elige para afrontar sin mayores sobresaltos fiscales el año próximo. La opción que más fuerza cobró en los últimos días apunta a eliminar íntegramente los topes fijados por el Concejo en abril pasado cuando, revalúo mediante, aumentó por última vez la Tasa General de Inmuebles. En aquella oportunidad se establecieron techos del 30 al 150 por ciento según la zona para evitar que la suba fuera demasiado elevada. Si prospera esta hipótesis, la Municipalidad proyecta recaudar alrededor de 35 millones de pesos extra, cerca del 5 por ciento de los recursos totales que tendrá la intendencia para gastar en el año electoral que se avecina. El impacto mayor recaería en menos de 40 mil contribuyentes -el 10 por ciento de las fincas registradas﷓ asentados en barrios cerrados y sobre el frente costero. Igualmente, la suba llegará a gran parte de la ciudad.

Tras haber solicitado un pedido de prórroga, el Ejecutivo tiene previsto enviar esta semana al Concejo el proyecto de Presupuesto 2009. Cerrada la discusión salarial con el sindicato municipal, que implicó un aumento del 8 por ciento de los sueldos, y empantanada la negociación política a nivel provincial con el PJ, lo que dificulta la llegada de más fondos coparticipables, Lifschitz empezó a estudiar el plan B: volver a tocar los tributos por tercera vez en cinco años de mandato.

Días atrás, el secretario de Hacienda, Gustavo Asegurado admitió públicamente que no podía descartarse la hipótesis del ajuste tributario para el año próximo ante el contexto inflacionario y la escasez de recursos. "Podrían eliminarse algunos topes que se fijaron este año", deslizó en declaraciones a LT8. De acuerdo a lo que pudo averiguar Rosario/12, esa alternativa cobró fuerza en las últimas horas.

Dos fuentes del socialismo, una con despacho en el Palacio de los Leones y otra en el Concejo Municipal confirmaron que con los ejercicios de simulación realizados, la proyección -que debe avalar el intendente﷓ de la comuna apunta a conseguir cerca de 35 millones de pesos anuales extra. Una cifra similar obtuvo durante el año en curso con el revalúo.

"Si el intendente lo comparte, lo ideal sería eliminar todos los topes porque de lo contrario se acentuaría la inequidad tributaria. Obviamente que no tendrá el mismo impacto en los distintos sectores", señalaron los funcionarios consultados. El radio 5 -que incluye a los barrios cerrados en zonas que años atrás no estaban urbanizadas﷓ y el frente costero serían los mayores aportantes de la reforma bajo análisis. También afectaría a grandes superficies y a terrenos baldíos.

El cálculo que hacen en el municipio apunta a concentrar la mayor presión tributaria sobre alrededor del 10 por ciento de las 378 mil partidas que se reparten mensualmente. "Si bien afectará a gran parte de los contribuyentes, en la mayoría de los casos volverá a ser de 10 a 20 pesos, pero en otros casos será una cifra más importante", agregaron.

El 4 de abril, cuando se aprobó el revalúo catastral, se habían fijado topes a la suba de la TGI que iban del 30 por ciento para los Fonavi y viviendas sociales, hasta el 150 por ciento para las 3000 propiedades ubicadas en countries y en los nuevos desarrollos urbanísticos frente al Paraná. Para el macrocentro, Fisherton y la franja que va desde Alberdi hacia al río (considerado radio uno) la suba tuvo un techo del 70 por ciento. El radio dos podía tener hasta un incremento máximo del 50 por ciento y el radio tres un 40 por ciento.

En aquella oportunidad, frente a las críticas acerca de una desnaturalización del objeto de la TGI, asociada sólo a los servicios, Lifschitz fue contundente: "Si nosotros quisiéramos trasladar el valor de la tasa a lo que cuestan los servicios municipales tendríamos que haberla incrementado entre un 200 y 300 por ciento".