Viernes, 8 de mayo de 2009 | Hoy
CIUDAD › AGREDEN A UNA TRABAJADORA
Por Sonia Tessa
Como trabajadora social del centro de salud de Tacuarendí, Marianela Tourn fue el martes a la tarde a buscar al comerciante Alfredo Brac para intervenir en una larga y compleja situación de violencia familiar. Estaba intentando dialogar cuando el hombre, que fue denunciado cinco veces por su ex mujer, agarró un de hierro de un metro y medio y comenzó a golpear a la profesional. Primero la tiró al piso de un palazo, y luego siguió pegándole en todo el cuerpo. Marianela atinó a cubrirse la cabeza con un maletín, pero igual sufrió un corte profundo en el cuero cabelludo. Los golpes fueron de tal magnitud que debió ser operada, y tiene los tendones extensores de la mano izquierda "totalmente destrozados", según confió Cristina Díaz, una de las médicas que la atendió en el hospital Regional de Reconquista. Marianela forma parte del programa Médicos Comunitarios de la Nación, tiene un contrato de 2.000 pesos mensuales, sin obra social. Pero la precariedad del trabajo en defensa de los derechos de las mujeres en estos pueblos del norte provincial no termina ahí: en Tacuarendí, localidad de 3000 habitantes cercana a Reconquista, a 423 kilómetros de la capital provincial sobre la ruta 11, la policía no toma denuncias por violencia familiar, ni acompaña a las profesionales que trabajan la temática.
Marianela no fue sola hasta la casa de Brac. La acompañaba la médica del Centro de Salud, Liz Fantín. El conflicto es de larga data. Brac maltrató durante años a su esposa, Gladis, con quien tiene tres hijas de 11, 10 y 3 años. La mujer hizo cinco denuncias contra el agresor, pero jamás obtuvo respuesta del Estado. Cansada, se fue a vivir a Rosario con su hija más pequeña. Pero el llamado de la nena de 10 años, pidiéndole que la lleve con ella, la impulsó a volver al pueblo. Por eso pidió la intervención del Estado, en el centro de Salud.
Cuando las profesionales fueron a hablar con el agresor, se encontraron con la violenta respuesta. Al lugar también habían llegado Gladis y su hermana (ex cuñada de Brac), que también recibió amenazas de muerte. Con el escándalo, se acercaron vecinos que empezaron a gritar "pará, tarado", e intervinieron para evitar una situación aún más grave. Sangrando, con heridas en la cabeza y los brazos, Marianela fue hasta la comisaría, pero no le tomaron la denuncia. La víctima pidió la presencia de un médico policial, pero el profesional pretendía que ella fuera hasta otra localidad de la zona, Villa Ocampo, para que le constataran los golpes. La trabajadora social fue trasladada de urgencia al hospital de Reconquista.
Marianela, de 30 años, recibió el alta ayer por la tarde, pero los médicos consideran que sufrirá secuelas. El temor de Díaz, la médica de Reconquista y militante feminista, es que Brac quede libre rápidamente. "Con sus antecedentes, este hombre es un peligro potencial para la sociedad", indicó Díaz.
Tras la agresión, la Multisectorial de Mujeres de Santa Fe manifestó que "la Justicia debe arbitrar todos los esfuerzos para que éste caso no quede impune, este golpeador no puede estar libre porque es un peligro para todas las ciudadanas. El Estado debe proteger a sus trabajadores, y seguiría exponiendo a la víctima si su agresor es liberado". También la granja agroecológica La Verdecita se pronunció. "Nos solidarizamos y abrazamos con Marianela, su familia y todas las mujeres que trabajan en situaciones de violencia doméstica y exponen sus vidas ante la ausencia de políticas públicas y herramientas legales para intervenir en estos casos", indicaron.
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