Desde el penal de Ezeiza donde se encuentra detenido y procesado por 83 hechos vinculados al narcotráfico, el rosarino Mario Roberto Segovia, sindicado como el "Rey de la Efedrina", continuaba realizando operaciones destinadas a exportar a México ese precursor químico sintetizado, presuntamente como jefe de una asociación ilícita. Bajo esa hipótesis el juez federal Federico Faggionato Márquez encabezó ayer en Rosario 27 allanamientos y detuvo a nueve personas, entre ellas la esposa, la suegra, el cuñado, abogados y testaferros del imputado; mientras que otras tres lograron darse a la fuga. Los investigadores estuvieron cerca de encontrar, vía escuchas y tareas de inteligencia, la "cocina" donde se manipulaba la droga, pero la difusión del caso alertó a los sospechosos. El magistrado tiene previsto tomarle declaración indagatoria en las próximas horas a los nuevos detenidos y ampliar la de Segovia, a quien le imputaría ser el jefe de la banda narco.

Allegados al juez de Zárate-Campana confiaron a Rosario/12 que los allanamientos podrían continuar en los próximas jornadas, mientras el magistrado analiza la situación procesal de los detenidos y sus eventuales lugares de detención. La misma fuente confirmó que en total fueron 27 los allanamientos realizados en distintas zonas de la ciudad, con epicentro en la opulenta casa de Segovia en Fisherton, mediante la participación de agentes de la Policía Federal, de las provincias de Buenos Aires y Santa Fe y de la Secretaría de Inteligencia.

Las sospechas surgieron luego de que se descubrió que Segovia era uno de los presos "VIP" del penal de Ezeiza, quien contaba con teléfono celular y conexión a Internet desde una de las celdas. A través de esas comunicaciones, los investigadores habrían detectado que Segovia seguía haciendo negocios con carteles mexicanos pese a su detención y que, luego de que se le quitaran los beneficios "VIP", habría dado instrucciones para avanzar con las diligencias de venta desde el teléfono público de la cárcel bonaerense.

Según la agencia de noticias DyN, ante las limitaciones impuestas a la importación de efedrina, dispuestas en septiembre de 2008, Segovia se las ingenió desde la cárcel para fabricar "efedrina sintética", una droga explosiva que "en sólo tres meses puede destruir a un consumidor".

Como resultado de los allanamientos fueron detenidas nueve personas entre ellas la esposa de Segovia, Gisella Ortega, la suegra Antonia Moreno, el cuñado Gonzalo Orteaga, el abogado Ariel González Zeballos y los supuestos testaferros, Hugo Páez Alvarez y Mariel Ferracutti. También fue apresado Rubén Emilio Luján (facilitaba elementos comunicación a Segovia), el denominado Griego Súngaras, alias "el taki" o "el químico" y Mariel Nacelli. Los prófugos son Mario Santucci y Germán Unbonnecelli, colaboradores del griego mientras que el padre de Segovia estuvo demorado.

En los procedimientos se produjo además el secuestro de elementos químicos y de documentación que comprobaría embarques de la supuesta droga, de acuerdo a lo informado por el comisario Honorio Rodríguez, jefe de la división Drogas de Zárate Campana.

Allegados al juzgado de Faggionato confirmaron que los investigadores se encontraban "muy cerca" de encontrar la "cocina" donde se manipulaba la droga en Rosario. Sin embargo, la propia difusión que el caso tuvo en los medios locales alertó a los sospechosos, quienes se las ingeniaron para desviar las escuchas telefónicas, impidiendo así el hallazgo del laboratorio, pieza clave en la investigación.