Domingo, 29 de enero de 2012 | Hoy
CIUDAD › A MENOS DE DOS MESES DE HABER TERMINADO SUS OCHO AñOS COMO INTENDENTE MIGUEL LIFSCHITZ HABLA DE SU PRESENTE POLíTICO Y DEL SOCIALISMO.
Lifschitz sostiene que Hermes Binner es la figura indiscutida para presidir el partido a nivel nacional y asegura que hoy su figura "está consolidada". El mismo no descarta ser candidato a diputado en 2013, "si eso aporta al conjunto". Relaciones con la oposición en la provincia.
Por Luis Bastús
Córdoba 2089, planta alta. En el viejo y remozado local del Partido Socialista que supo visitar Alfredo Palacios, la pared de la escalera atesora, enmarcado, el manuscrito del discurso que Guillermo Estévez Boero pronunció el 23 de abril de 1972, al fundar el Partido Socialista Popular. Subrayados con lápices rojo, azul y negro, perviven los mandatos de estudiar a Marx y a Engels, a "enfrentar al imperialismo" y condenar "la estúpida sociedad de consumo". Cuarenta años después, Miguel Lifschitz asoma desde una oficina, manda pasar y refrenda las consignas del líder partidario. "Siguen teniendo aboluta vigencia, quizás la terminología quedó antigua, pero su contenido no", reafirma.
Esta vez no hay traje ni corbata, tampoco el mozo de la Intendencia ofreciendo café. Un sobrio sport de camisa y el mate amargo que se enfrió entre los papeles de una pequeña mesa para reuniones. Luego de ocho años como jefe municipal de Rosario, Lifschitz empezó a desandar su etapa de senador departamental en la que se declara entusiasmado. Así como comparte con Rubén Giustiniani que Hermes Binner debe asumir este año como presidente del Partido Socialista, también considera que éste ya está "muy posicionado a nivel nacional" y no necesita, por ejemplo, una diputación en las legislativas de 2013. El sostiene que una banca nacional tampoco es hoy su prioridad, pero no descarta la posibilidad "si llegado el momento sirve para sumar al desarrollo del socialismo".
En diálogo con Rosario/12, el secretario general del PS a nivel provincial criticó a los que critican los problemas de agua y luz que afronta el gobierno de Antonio Bonfatti, "siendo que algunos participaron de gestiones anteriores y son plenamente conscientes de dónde están los déficits y cuándo se generaron". Asumió que los costos políticos "son gajes de este oficio", y propugnó el endeudamiento para hacer obras de infraestructura. Como administró la ciudad en los años en que se produjo el boom inmobiliario, justificó que las inversiones provinciales no se hicieron antes porque faltaban los proyectos técnicos y, ante la hipótesis de una falta de planificación ante el crecimiento de la ciudad, apuntó que en la ciudad no se construyó ni se construye sin el OK de las empresas de servicios públicos. A todos les cabe responsabilidad, sería la moraleja.
-¿Qué hizo desde el 11 de diciembre?
-Seguí trabajando. Estuve en las dos sesiones extraordinarias con temas del Ejecutivo, ampliación de partidas y creación de cargos docentes, y empecé a trabajar en algunos proyectos. También pude abocarme a la reorganización de la estructura partidaria del socialismo, pensando en los desafíos que vienen a nivel provincial y nacional. También estuve de vacaciones, unos días en Mendoza (N.d.R.: en el campamento anual de la juventud socialista, en Tunuyán) y en Mina Clavero.
-¿Cómo sigue la carrera después de ocho años como intendente?
-La verdad que muy bien. Tengo mucho trabajo pero con menos presión en el día a día. Entonces puedo planificar y organizar mejor el tiempo, y poder dedicarme a asuntos como la organización y el desarrollo del partido, y la posibilidad de trabajar en la dimensión provincial, y atento a la política nacional también. Hasta ahora, no extraño la Intendencia, además estoy muy en contacto con Mónica (Fein) y su equipo. -¿Cuál será su agenda legislativa este año?
-Habrá que atender la agenda del Ejecutivo en un año que tendrá sus complicaciones en lo económico y en lo político por la disparidad de fuerzas en el Congreso. Será la oportunidad para plantear la reforma constitucional, que también se ha instalado a nivel nacional y que a nivel provincial puede encontrar los consensos necesarios. Por mi parte, trabajo en proyectos de reforma de la ley de municipios, otro para desarrollo de pymes, otro para la creación del ente de coordinación metropolitana, y algunos temas de seguridad.
-Y a la luz de los temas que prevalecieron en estos primeros días de la gestión Bonfatti, ¿cuál deberá ser la agenda del Ejecutivo?
-Las prioridades son la pobreza y el hábitat, como ya lo expresó el gobernador. El otro gran tema es el desarrollo productivo. Si bien somos el segundo PBI del país, Santa Fe da para mucho más, y para ampliar las bases del desarrollo económico. El otro tema importante es la seguridad.
-¿Y los problemas de infraestructura que quedaron en evidencia este verano? ¿Qué pasó en Rosario, cuyos gobiernos se enorgullecen de hacer de la planificación una política de Estado?
-Pasó que hay un déficit de inversión en saneamiento, agua potable y en provisión de energía que no se generó en los últimos cuatro años, sino en veinte años de desinversión. Mientras al agua la administró la vieja Dipos, el Estado no estaba en condiciones de invertir lo que hacía falta y por eso se la privatizó. La empresa privada no ejecutó nada de lo que debía hacer en diez años. Luego la retomó el Estado, pero en cinco años no se puede remontar todo lo que no se hizo en su momento, durante 20 años. Con la EPE ocurrió un proceso parecido. Llevará varios años recuperar la situación.
-¿No considera, acaso, que faltó coordinación entre provincia y municipio para anticiparse a esto? Ustedes veían el crecimiento que se avecinaba.
-En la ciudad no se puede hacer ninguna obra pública ni privada sin la factibilidad de las empresas de serviciso de agua y de energía. Todo lo que se hizo fue aprobado en su momento por las dos empresas, y nuestro reclamo ha sido permanente, con (Jorge) Obeid y con Hermes, en cuanto a la demanda de infraestructuras que son indispensables. En estos años se pusieron en marcha planes de inversión que solucionarán los problemas, pero hace falta tiempo.
-Se le cuestiona al gobierno no haber gestionado financiamiento externo para esto. ¿Qué opina?
-Sin dudas que hay que recurrir a fuentes externas porque estas obras no se pagan con recursos corrientes y pueden amortizarse a largo plazo porque cumplirán su rol para los próximos 50 años. Incluso, habría que explorar otros mecanismos recurriendo a los mercados de capitales.
-¿No se podía haberlo hecho antes?
-Creo que ninguno de estos financiamientos internacionales se pueden obtener sin proyectos, y creo que durante la gestió de Hermes hubo que dedicarse un tiempo importante a prepararlos, porque no había proyectos técnicos. Hoy tenemos el plan de acueductos con algunos en marcha, está la renovación de la red eléctrica. Ahora sí estamos en condiciones de empezar a gestionar el financiamiento externo porque podemos demostrar para qué lo necesitamos.
-El Frente Progresista impulsa la reforma constitucional de la provincia, pero Binner y Giustiniani impugnaron la misma iniciativa que insinúa el kirchnerismo a nivel nacional.
-Es que no estamos de acuerdo con las reelecciones, y mucho menos con las indefinidas. No nos oponemos a discutir una reforma si hay temas en los que podamos coincidir, pero en ningún caso habilitaremos esa discusión para una reelección. Nos opusimos cuando la quiso el menemismo y cuando lo quisieron gobernadores. Nuestra iniciativa lleva implícita la autolimitación del gobernador para no hacer uso de la reelección.
Los gestos de convivencia que el gobierno había intercambiado con el Frente para la Victoria en diciembre van quedando atrás.
-¿Cómo analiza esas posiciones de la oposición ante los problemas que enfrenta la Provincia?
-Es llamativo que algunos dirigentes, que incluso participaron de gestiones anteriores, cuestionen con obviedades las políticas en materia de infraestructura cuando son plenamente conscientes de dónde están los déficits y cuándo se generaron. Pero bueno, así son las reglas de juego de la política. Espero que en los temas fundamentales podamos encontrar coincidencias para facilitar la gobernabilidad, cosa que nosotros hicimos a nivel nacional aunque seamos menos. Acompañamos proyectos del gobierno nacional, aún bajo críticas de nuestro electorado, pero lo hicimos porque creímos que era lo correcto. En este sentido, esperamos reciprocidad del kirchnerismo en Santa Fe.
-¿Bonfatti es más dialoguista que Binner, tal como lo percibe la oposición?
-Puede haber una impronta de más diálogo en Antonio, pero no hay diferencias. Son parte del mismo proyecto político y del mismo equipo.
-¿Disputará la presidencia del PS?
-No. Hermes hoy es indiscutible, hay consenso unánime. Puede significar un cambio cualitativo y un salto hacia adelante en la organización partidaria.
-¿No cree que le hizo pagar un costo político demasiado alto a Mónica Fein, a escasos días de haber asumido, al impulsar la delegación de facultades para aumentar la tarifa de transporte?
-No. Fue correcto. Macri definió la tarifa en Buenos Aires, la Nación hará lo mismo en el área metropolitana, Barletta lo tuvo en Santa Fe. Con inflación no se puede estar discutiendo eso por tres meses. Cuando uno gobierna no se puede dejar conformes a todos. Cualquier decisión implica algún desgaste, pero un avance en otro sentido. Se generan costos politicos, pero son los gajes del oficio.
-¿Tiene agendada la elección de diputados nacionales de 2013?
-Estoy muy cómodo en esta función, es mi desafío actual. No es mi prioridad volver a postularme en 2013, pero llegado el momento, si es una alternativa útil para desarrollar el socialismo en la provincia, no lo descarto. Pero hoy no es mi prioridad.
-¿Otro más que se corre para dejarle el camino libre a Binner?
-No sé si Hermes querrá ser diputado. El ya está muy posicionado a nivel nacional, sacó 4 millones de votos. No sé si necesita otra campaña local para posicionarse a nivel nacional- concluyó.
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