Lunes, 19 de marzo de 2012 | Hoy
CIUDAD › EL MUNICIPIO TIENE LISTAS LAS MODIFICACIONES AL CóDIGO URBANO FUERA DEL CENTRO ROSARINO.
Qué construir y a hasta qué altura, son algunas de las regulaciones que se vienen para la zona de 27 de Febrero al sur, desde Vera Mujica hacia el oeste, y desde Aristóbulo del Valle hacia el norte. El Concejo deberá aprobarlo este año.
Por Luis Bastús
La Secretaría de Planeamiento municipal terminó el proyecto para la última ordenanza que falta para completar la reforma del Código Urbano en toda la ciudad. Es la actualización del qué construir y dónde, en el área que va desde 27 de Febrero al sur, desde Vera Mujica hacia el oeste, y desde Aristóbulo del Valle hacia el norte, siempre hasta los límites del municipio. Este jueves, el titular del área, Pablo Barese, le presentará la propuesta a la Comisión Asesora de Planificación Urbanística, que integran, entre varios, las cámaras empresarias y colegios profesionales que viven de la construcción y que suelen poner el grito en el cielo cuando interpretan que les coartan su actividad. En la Municipalidad esperan que esta etapa cause menos polémica que el cambio de reglas que en 2008 se dio para el área central y el primer anillo perimetral. Luego de enterar a los primeros interesados, el Ejecutivo lo enviará al Concejo con la expectativa de que entre en vigencia antes de fin de año.
Con la regulación actualizada en el centro y el primer anillo, la construcción de torres se corrió hacia barrios que se mantenían preservados hasta aquí de la renovación edilicia en altura. Los inversores lo hicieron porque en esas zonas -Arroyito, Alberdi, Echesortu, los casos más notorios- todavía rige el viejo Código Urbano que data de 1968 y que prácticamente nada previene acerca de qué y cómo construir en esas calles retiradas.
"Ahora estamos en una situación poco deseada: tenemos restricciones en el área central y el primer anillo, pero el resto se rige por el viejo Código. Entonces se genera una lógica derivación de las inversiones hacia los barrios. Está bien, pero hay que orientar ese proceso para preservar los barrios", dijo el titular de Planeamiento, Pablo Barese.
-¿No pudieron prever que eso iba a pasar?
-Lo sabíamos, pero es que en el segundo anillo y los cordones perimetrales la discusión no pasa tanto por las cuestiones de altura, de edificabiliad, sino que el conflicto está vinculado a los usos. Tenemos reclamos de muchas vecinales que quieren que el barrio preserve su carácter residencial, y que las actividades productivas se limiten a las de menor impacto. De eso se trata esta modificación del Código: ordenar los usos de cada zona-, señaló el funcionario municipal.
Para interrumpir ese proceso anómico de edificios que se elevan en cualquier cuadra de barrio, Planeamiento dispuso que esos desarrollos se permitirán sólo en determinados corredores donde ya existe alta densidad de comercios y por donde habrá de crecer el sistema de transporte público y la infraestructura de servicios. Por caso, avenida Sabin (ex Travesía), bulevares Rondeau y Avellaneda, en el norte; Eva Perón, Presidente Perón, San Juan, Mendoza y Santa Fe, en el oeste; San Martín y bulevar Oroño en el sur, sobre todo en el ingreso desde la autopista Aramburu. En esos frentes de renovación urbana la altura permitida irá de los 19 a los 30 metros, es decir, desde una torre de planta baja y 6 pisos, hasta otro de planta baja y 10 pisos. "La idea es que la edificación en los barrios no se dé de forma dispersa sino concentrada en los principales corredores. El día que estos ejes se saturen discutiremos qué hacer hacia dentro, en el tejido. Pero por ahora, queremos mantener la escala barrial. Y eso servirá, además, para que las empresas de servicios, por ejemplo, puedan planificar mejor sus inversiones, sabiendo con certeza por dónde y de qué manera crecerá la ciudad", explicó Barese.
Además de las reglas impuestas a la edificación, lo que la Municipalidad pretende con este proyecto de 101 páginas es regular los usos permitidos en las distintas áreas. Desde los límites externos del segundo anillo perimetral (bulevar Seguí, vías del ferrocarril Belgrano y Marull) hasta el límite de la ciudad, el tejido urbano mezcla, de manera no planificada, viviendas con actividades productivas, industriales incluso. La norma intenta ordenar esa distribución, al menos para el futuro.
Entonces el proyecto distingue "corredores urbanos", "frentes de renovación urbana" y "áreas de tejido", para orientar la construcción en altura hacia las calles principales de cada zona, los tramos en los que se promoverá el desarrollo inmobiliario y las barriadas donde la construcción se restringirá a no más de 3 pisos de altura. Además, clasifica varias áreas de protección histórica y áreas de reserva para planes especiales y planes de detalle, y áreas de protección ecológica y ambiental, cuya regulación será individual según las singularidades de cada caso.
Barese admite que los cambios incidirán en los valores de los terrenos en los barrios, según la ubicación de cada uno. "Pero será transparentar lo que ya está ocurriendo. Obviamente el dueño de un terreno en una calle de barrio tendrá que entender que lo suyo es para una vivienda y no para una torre. Pero se trata de completar una urbanización armónica y que preserve determinadas áreas para un crecimiento controlado, sustentable", replicó. Descuenta él que el cambio, como en ocasiones anteriores, traerá alguna polémica. "Podríamos enviar ésto al Concejo sin consultar a nadie, pero queremos consensuarlo de todos modos. Podemos admitir aportes, pero no cambios sustanciales", avisó. Es que, en tren de argumentos, "no se limitó la construcción, sino que se la orienta. En el centro, por ejemplo, saldrá el área de reserva de calle San Juan, para revalorizar un área que está degradada, y cuando el ministro (de Planificación, Julio) De Vido firme el convenio con la Adif, avanzaremos con los desarrollos en tierras fiscales en Puerto Norte y el parque Scalabrini Ortiz, enfocado más a las constructoras locales. Es decir, todavía queda mucho por hacer en el centro, de forma planificada. Y ahora nos falta terminar de actualizar el Código Urbano en la periferia. Aunque haya objeciones, como Estado tenemos la responsabilidad y la iniciativa de llevar esto adelante", señaló el secretario de Planeamiento.
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