La Sedronar procura dejar de ignorar el país que existe fuera de Buenos Aires y su conurbano, y empezar a trabajar con los aparatos de salud pública locales y organizaciones de base. Es parte del cambio de paradigma que explicó el número dos del área, Ignacio O'Donell, en la conferencia que ofreció esta semana en el Concejo Municipal, invitado por el edil Osvaldo Miatello. Y al tiempo que dijo promover esa federalización de la acción preventiva, dejó en evidencia que todavía no hay puentes reales ni significativos entre la provincia de Santa Fe y la cartera nacional que dirige el rosarino Rafael Bielsa.

El subsecretario de planificación y asistencia de la Secretaría de Prevención para la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico resaltó que una adicción es una enfermedad y exhortó a no criminalizar a quienes la padecen. "Nadie mete preso a un gordo por comer", comparó. En ese marco cabe su defensa por la despenalización del consumo de drogas. Que el Estado deje de gastar tiempo y recursos en cazar consumidores y empiece a hacerlo en políticas de prevención real, y que el narcotráfico merezca penas más graves.

O'Donell fue entrevistado por los periodistas Hernán Lascano, David Narciso y el autor de esta nota, ante concejales, referentes comunitarios relacionados con el tema y alumnos de nivel secundario. Empezó por condenar la costumbre general de estigmatizar al joven pobre y relacionarlo sine qua non con drogas y delito. "El 70 por ciento de los crímenes se da a partir del consumo de alcohol, no de drogas. La violencia es multifactorial, y tiene más que ver con la exclusión y la injusticia social. En India sobra la pobreza y no hay altos índices de violencia, porque la cultura es otra. Aquí un pibe vive en un asentamiento, sin escolaridad, desea lo que ve afuera y no accede, no consigue trabajo, y cuando sale le pegan por ser villero. Eso nutre la delincuencia", analizó.

Citó una encuesta del Observatorio Argentino de Drogas sobre estudiantes de educación en la que el segundo motivo de consumo más repetido es la diversión, detrás de problemas personales y familiares. Entonces, dijo, el asunto es más complejo y ha obligado a cambiar el enfoque de las políticas públicas. "Cambió el paradigma en el mundo. El drogadicto no es el mismo que en los '90. El Estado ahora sale a los lugares de mayor vulnerabilidad. Ya no se tiende a las internaciones largas, de dos años, porque el enfermo crónico tiene distintas etapas, se desintoxica un tiempo pero en realidad está tomando carrera para seguir consumiendo", reveló.

O'Donell aseguró que hoy el rumbo en prevención de adicciones es ir en busca de sus víctimas, en su medio. "No se ha logrado el impacto que quisiéramos porque el problema está muy enquistado y hay un núcleo duro que implica un trabajo de largo plazo y políticas integrales", reconoció. Dijo que la Sedronar realizó una experiencia piloto en una villa del partido bonaerense de San Martín, y que se replicará en el resto del país. Bajaron con una actividad de punta ﷓-atención oftalmológica y odontológica en niños y adolescentes-﷓, siguieron con tramitación de DNI, y continúan por promover actividades recreativas en comunidad. "Hay que recuperar el espacio público que se ha perdido en los barrios, porque hay mucha fragmentación", sintetizó.

¿Qué hace la Sedronar entonces? "Desde que iniciamos la gestión, se duplicaron la cantidad de asistencias, porque nos asociamos con organizaciones comunitarias que evalúan y nos mandan casos pre evaluados. Eso aceleró el proceso de admisión e internación, que era lento y engorroso. Se internaban 700 pacientes por año, y eso se ha duplicado", señaló. Adelantó que en 2013 introducirán prevención de adicciones desde primer grado escolar, que empezaron una instancia similar en cárceles, que la Sedronar financia microemprendimintos con instituciones de base, y más.

Sin embargo, eso que O'Donell refirió se circunscribe todavía al área metropolitana de Buenos Aires (AMBA). "Justamente, había una gran concentración del gasto en el AMBA, entonces todos los meses vamos a una región distinta y nos ponemos a trabajar con las provincias, con sus organizaciones y prestadores en armar redes más fuertes ahí, y hacer más accesibles esos servicios. Estamos llevando módulos de capacitación a profesionales con universidades de todo el país. Es importante y necesario federalizar la acción", defendió.

Preguntado sobre la intervención de la Secretaría en Santa Fe, el funcionario dijo: "Estuvimos la semana pasada reunidos con magistrados, y estamos gestionando con los servicios de salud mental y adicciones para ver qué podemos proveer, y articular con organizaciones territoriales para desplegar las actividades que comenté".

O'Donell dijo que el aparato de salud pública del país es deficiente para atender adicciones. Planteó una adaptación a las características de una enfermedad que no existía en su dimensión actual hace un par de décadas. "La nueva ley de salud mental dice que todos los hospitales públicos deben atender las adicciones. Estupendo, pero el enfermo no es un paciente tradicional, no se quedará las 24 horas en cama. De 100 adictos, sólo 10 piden ayuda, y sólo uno continúa el tratamiento. Entonces hay que ir a buscarlos, y no desde el prejuicio, sino desde el afecto. Hay que reformular los sistemas, los tratamientos. Cambiar la cultura de salud. El sistema tiene que evolucionar. Todavía persiste un discurso interno de estigmatización, donde hay profesionales que dicen "total es un drogadicto". Es complejo modificar estructuras que trabajan desde hace muchos años de la misma manera".