Domingo, 1 de julio de 2012 | Hoy
CIUDAD › EL POLITóLOGO Y PERIODISTA HERNáN BRIENZA CRITICó QUE HERMES BINNER COMPARE ARGENTINA CON PARAGUAY
El intelectual consideró que el progresismo en la Argentina tiene "un problema de espacio" ya que "ve que muchas de sus banderas fueron arrebatadas por este gobierno". También analizó el punto de no retorno de Hugo Moyano tras el acto del miércoles.
Por Leo Ricciardino
El periodista, escritor y politólogo Hernán Brienza, disertó en Rosario en la sede del Museo de la Democracia -cuya comisión integra- en el Palacio Fuentes. En ese marco habló con Rosario/12 sobre el acto de Hugo Moyano, los desafíos del gobierno nacional y la reforma constitucional. También criticó al líder del FAP Hermes Binner y aseguró que el progresismo en Argentina "tiene un problema de espacio" y "ve que muchas de sus banderas fueron arrebatadas por este gobierno".
Brienza habló sobre el acto convocado por Hugo Moyano en la Plaza de Mayo y explicó que para analizar lo que ocurrió "hay que hacerlo desde el punto de vista sindical y también desde el punto de vista de la política nacional. Desde el punto de vista sindical, mostró el acto un gran aislamiento de Hugo Moyano hacia adentro del movimiento obrero organizado. El pudo convocar a su gremio, al gremio de Gastronómicos de Luis Barrionuevo -que no sólo ideológicamente sino también personalmente constituyen dos personalidades incompatibles-; y después un grupo de gremios más pequeños que acompañaron al MTA durante muchísimo tiempo. Y por otro lado, quedaron otros alineamientos sindicales como puede ser los independientes, la UOM, Smata, la Uocra, Los Gordos, que son los gremios más fuertes que contradictoriamente parecían los menos cercanos ideológicamente al gobierno nacional. Entonces se da esa doble jugada en la cual el sector más cercano al gobierno que era el MTA, hoy es el más alejado".
El politólogo de la UBA señaló además que desde el punto de vista político, "no sé si el acto fue también una jugada hacia adentro del justicialismo. Porque no sé si dentro del justicialismo hay liderazgos que puedan recuperar la situación política de Moyano. Es decir, no hay una certeza de que (Daniel) Scioli pueda construir un liderazgo fuerte con Moyano a su lado. Un dirigente sindical fuerte pero que ha quedado visiblemente debilitado por este aislamiento".
-Moyano, ¿dio un paso que ya no tiene vuelta atrás?
-Yo creo que no. La sensación es que ha quedado encerrado en un callejón y que no tiene muchas salidas. El acto del miércoles lo que ha demostrado, justamente, es ese paso que dio. Es muy difícil volver desde allí, también por una serie de cualidades que tiene la presidenta de la Nación a la hora de administrar política. En ese sentido uno no prevee un acercamiento del Ejecutivo hacia Moyano de parte de Cristina Fernández de Kirchner. No lo ha hecho en los últimos meses: ha dejado que gire en falso esa relación de desencuentro.
-El gobierno, ¿en qué punto se encuentra en relación a la situación económica, el crecimiento y la crisis mundial?
-Hay como dos miradas respecto de esto. Incluso Moyano en su acto dijo que no había tanta gravedad económica en el país. Yo creo que hay una situación de delicadeza económica que se ve en algunos parámetros de productividad y producción de empresas trasnacionales que tienen que ver obviamente con la economía internacional, pero que también repercute en la economía local. Creo que hay un gran desafío -parecido al desafío de los primeros años de la década del '50- en el cual la distribución de la riqueza debía hacerse en función de la mayor productividad de las empresas, de una mayor inversión de las empresas. Los años de mayor facilidad económica para el gobierno, la etapa de repunte, ahora tienen que ser sustituidos por los años de la inversión, los años de la producción, los años de explotación de estrategias de comercio exterior que sean mucho más agresivas. Y eso obviamente, es un trabajo mucho más arduo para cualquier gobierno.
-¿Cómo analizas el estado de la base de sustentabilidad política del gobierno, los apoyos en la sociedad?
-Creo que hay síntomas de la relación que tiene el gobierno con un sector de la sociedad al cual nunca ha logrado penetrar. Y que posiblemente no los contenga jamás. Sectores medios que en algunos casos han votado por este gobierno y en algunos casos no; el voto al kirchnerismo es muy heterogéneo. No es un voto de clase, tampoco puede resumirse en un voto social, sino que es un voto policlasista. Pero dentro de los mismos sectores económicos hay quienes protestan por el cepo al dólar, y hubo también quienes no se quejaron y apoyaron al gobierno en la medida. Por eso, es muy extraño el voto al kirchnerismo porque atraviesa horizontal y verticalmente a la sociedad. Y me parece que las elecciones del año que viene -que son elecciones de medio término, legislativas- siempre son menos favorables para los Ejecutivos que las elecciones que cambian presidente y vice. Me animaría a decir que la representatividad del kirchnerismo, si bien va a sufrir un desmedro por ser elecciones legislativas, creo que no va a ser como en las elecciones de 2009 donde se salía de una profunda crisis con el campo y de un gran divorcio con los sectores medios del país.
-¿Cuál es tu opinión y como ves el escenario político para discutir una posible reforma constitucional que incluya reelección presidencial?
-Creo que los argentinos tenemos cierto fetichismo con el tema de la Constitución. Creemos que la Constitución es intocable, los norteamericanos por ejemplo, se la pasan haciendo enmiendas cada tanto. Los argentinos todavía no estamos acostumbrados a esas reformas, quizás porque la propia Constitución ha intentado que sea difícil la propia reforma. Yo creo que el debate por una reforma constitucional jamás puede negarse. En mi caso, no soy partidario de un parlamentarismo porque la tradición latinoamericana lleva a un presidencialismo. Tiene razón (Juan Bautista) Alberdi en eso, porque las experiencias parlamentarias están más relacionadas con las tradiciones históricas europeas. Aunque reconozco que se deba ir hacia un funcionamiento parlamentario diferente que pueda tener mayor dinámica y representatividad. Mayor relación con el Poder Ejecutivo. Respecto de la reforma para la sucesión presidencial, para la continuidad de un presidente, tampoco tengo miedo en función de que es la voluntad de la mayoría la que determina la continuidad o no de un presidente. Y en ese sentido si las mayorías tienen voluntad de hacerlo, tienen derecho de volver a elegir a un presidente.
-¿Cómo analizas esta situación de Santa Fe donde el gobernador tiene buena sintonía con el gobierno nacional, pero el líder nacional del FAP (Hermes Binner) es uno de los más feroces críticos?
-A mí me preocupó particularmente la declaración de Binner del otro día que dijo que había que hacer un gobierno de coalición, y que había que mirar el ejemplo de Paraguay. Porque no sé si esas declaraciones fueron una amenaza o una advertencia, no sé si fueron un consejo o una amenaza. Y en ese sentido me parece que hay que tener cuidado con las declaraciones que uno hace en momentos tan delicados como el que pasa el Paraguay. Está claro que el progresismo en Argentina tiene un problema que es el problema del espacio que le deja en la agenda el gobierno nacional, que está posicionado como un gobierno progresista a la hora de discutir los temas. Entonces arrebata banderas que son típicamente del progresismo y eso impide -a quienes se consideran progresistas- marcar una agenda propia.
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