Lunes, 3 de diciembre de 2012 | Hoy
CIUDAD › MáS DE 6 MIL CAUSAS QUE NO FUERON GRACIAS A LA MEDIACIóN QUE HACE EL MUNICIPIO.
El Programa de Mediación municipal comenzó en 2002 y hoy los vecinos lo encuentra en los distritos como una herramienta para solucionar los conflictos que de otra manera habrían llegado a tribunales. "La gente recurre cada vez más a esta opción", señalaron.
Por Luis Bastús
En Tribunales se ahorraron unas 6.400 causas civiles o penales que nunca empezaron porque quienes podrían haberlas iniciado eligieron entenderse por las buenas antes que presentar una demanda judicial, ponerse en gastos de abogado y esperar un largo tiempo por la sentencia sin dejar de padecer el conflicto de origen. Ese ha sido el mérito del Programa de Mediación municipal que está cumpliendo diez años de vigencia y que los rosarinos descubren en los centros de distrito cuando plantean algún problema de convivencia urbana.
"Este programa arrancó en 2002, casi al mismo tiempo que el de Presupuesto Participativo, y ambos han demostrado en estos años que la gente se apropia de las herramientas que propone el Estado. El año pasado se realizaron 1.014 mediaciones, y este año ya pasamos las mil. En el primer año atendimos 300 casos, lo que señala un incremento del 300 por ciento. No significa que haya más conflictos, sino que la gente recurre cada vez más a esta opción de resolución pacífica de litigios, por fuera de la vía judicial", concluyó Jorge Elder, titular de la Secretaría General.
La mayoría de los casos que llegan hasta las oficinas del programa en cada uno de los seis centros de distrito tienen que ver con problemas de vecindad o consorcio, tales como caños rotos, la humedad del vecino, medianeras, ruidos molestos y otras visicitudes que algunas veces suscitaron hechos que terminaron en la crónica policial. Nueve de cada diez casos en los que ambas partes concurren a las audiencias terminan de manera exitosa, con un arreglo conveniente para todos. Claro que no siempre una de las partes en pugna acepta la vía del diálogo. Según la coordinadora del programa, Julia Cardozo Villa, en el 60% de los casos el convocante y el convocado aceptan la mediación.
En el proceso interviene una mediadora imparcial que propone a los interesados a acercar posiciones, "a través de un proceso pacífico, rápido y confidencial. Y al terminar el acuerdo, se redacdta y se firma un documento que tiene valor extrajudicial que puede ser presentado ante un juez o repartición estatal, llegado el caso".
Entre quienes han apelado alguna vez a esta solución extrajudicial no predomina ninguna clase socioeconómica en particular, franja etárea ni grado de instrucción. La única singularidad reside en que la mayoría de los casos trabajados en el Distrito Centro son de interés individual, mientras que las demandas planteadas en los demás distritos los barrios tienen que ver más con inquietudes colectivas en las que, por lo general, suelen involucrarse alguna institución como el club, la vecinal, una biblioteca.
Esa particularidad de los conflictos predominantes en el centro tienen que ver con el boom de la construcción. Una gran mayoría consiste en vecinos que se van a quejar porque la medianera se les partió por causa de la obra en construcción de al lado. Por eso es común ver en la oficina del Distrito Centro que a las audiencias una de las partes es una empresa, y quien participa no es un vecino sino un abogado.
"Los reclamos siempre existieron, y cuando llegaban a la Municipalidad sólo cabía recomendar acudir a Tribunales, pero de a poco estas situaciones que no merecen la apertura de una causa judicial se resuelven por esta vía tomada a partir del auge de la mediación en el derecho internacional: si los países arreglan sus diferencias de esta manera, también las personas podemos hacerlo", explicó Cardozo Villa. En las oficinas de Atención al Vecino y la Dirección de Obras Particulares suelen aconsejar dirigirse al Programa de Mediación.
Con 6.418 casos resueltos en 10 años, las anécdotas sobran. El club de fútbol infantil que estuvo a punto de desaparecer porque un día apareció el dueño del terreno donde estaba la canchita, los jóvenes que cada fin de semana hacían la previa del boliche en una casa y no dejaban dormir a la vecina y sus hijos, la intervención que hizo posible la constitución de consorcios en complejos del Fonavi, entre varios casos.
"La gente con este programa comprueba que puede solucionar el problema con el diálogo, encima de manera gratuita. Y eso es la convivencia que se procura desde el Estado", definió Elder. Claro que el avance de la violencia en la vida cotidiana también a veces rebota en estas situaciones y no siempre la gente acepta sentarse a escuchar al otro. "Es difícil cuando una persona está enojada, entonces hay que encarar el problema especialmente, bajar la tensión. Pero por lo general, cuando alguien viene a las audiencias es porque tiene una predisposición a encontrar una solución", dijo la coordinadora. El equipo lo conforman cinco mediadoras: cuatro abogadas y una psicóloga, más dos empleadas administrativas.
Según la complejidad de cada caso, los problemas se dirimen entre una y tres audiencias. Luego, la mediadora a cargo sigue observando si las partes cumplen el acta firmado. Ese acuerdo es homologable ante la Justicia, aunque casi nadie lo hace. "Una vez que la gente descubre que hay una posibilidad de entendimiento -destacó Cardozo Villa-, prevalece esa palabra empeñada. Es un dato muy valorable que así sea. No es poca cosa".
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