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La Justicia investiga a un cliente y una empleada del supermercado de calle Entre Ríos, entre Viamonte y La Paz, tras una denuncia de esa sucursal de la empresa radicada en Rosario por una compra que la cajera estaba por cobrar a menor valor del real. El incidente hizo dudar a la encargada cuando asistió a la caja porque no funcionaba el aparato que autoriza y convalida las compras con tarjeta. Al ver los precios registrados en el ticket, la responsable del sector de cajas le preguntó a la empleada que pasó la mercadería si conocía al cliente, y ambos lo negaron. La diferencia más importante estaba en el costo de las carnes, y fue lo que llamó la atención de la mujer, que solicitó la presencia de otro responsable para advertirle sobre la situación que denunciaron como una "tentativa de estafa". Enseguida se dio aviso a la comisaría 5º y tanto el cliente como la cajera quedaron detenidos en la seccional. Aunque ninguno tenía antecedentes penales, estuvieron cuatro días tras las rejas.

A las 20.30 del lunes 19 de noviembre, Angel G. fue por primera vez a ese local de la cadena de supermercados con más de 15 sucursales en Rosario, ya que un amigo que vive cerca lo pasaría a buscar por ahí. Luego de poner en el carro los productos, llegó a la caja donde atendía Catalina M.. Tras pasar la mercadería, en su mayoría carnes para un asado que debía hacer el muchacho de 22 años esa misma noche en la casa de una amiga, la empleada le indicó que debía abonar 864 pesos. El joven le entregó la tarjeta y la cajera la pasó por el posnet, pero éste no respondía. Tras un par de intentos, encendió una luz roja que está encima de cada una de las cajas para pedir asistencia. La superior consultó qué sucedía, y al ver el ticket de compra llamó a otro encargado, se lo mostró, consultó a la cajera si conocía al cliente, y tras la respuesta negativa dijo: "Es imposible, está mal el precio de las carnes". La diferencia, al parecer, rondaba los 300 pesos.

En diálogo con Rosario/12, Angel relató que en ese momento le pidió a la encargada que lo dejara pasar por otra caja para comprobar ﷓según dijo﷓﷓ que no tenía un acuerdo con la cajera, y consideró que "esa registradora marcó mal los precios". Sin embargo, la mujer se lo negó, y le advirtió que debía esperar porque ya habían llamado a la policía. "Nos llevaron detenidos a los dos a la comisaría 5º. Pasamos la noche en la misma celda separada por una reja, y ahí la chica me contó que en el local tenían bronca con ella. Yo no la conocía de antes. Compartimos 12 horas adentro de la comisaria", relató el muchacho.

Esa misma noche, la encargada fue citada a ratificar la denuncia "pero no fue sino hasta el otro día; y recién el miércoles nos llevaron a declarar a Tribunales", lamentó Angel. La causa recayó en el juzgado de Instrucción Nº 1, a cargo de la jueza Roxana Bernardelli, donde cajera y cliente fueron imputados por tentativa de estafa. "Yo volví a la quinta y a la chica la llevaron a otra parte", dijo Angel, que a la espera de antecedentes y algunos registros pasó dos noches más en la celda, y fue liberado el viernes a la medianoche. "Fueron cuatro días de terror", aseguró el joven que tras once meses de trabajo en una cadena de heladerías de capitales cordobeses, fue despedido ante la inasistencia. "Cuando nos liberaron en Jefatura vi de nuevo a la cajera, y le pregunté si la habían tratado bien. Por suerte no tuvimos problemas ninguno de los dos. Y de ahí me fui con mi familia".

Angel vive con su madre, y es la fuente de ingresos del hogar. Ese lunes estaba de franco y tenía planeado un asado con amigos que "nunca se hizo", porque él sería el asador. "Ahora estoy buscando trabajo, pero esta situación me arruinó", aseguró el joven, y agregó: "Era la primera vez que iba a ese supermercado, incluso siempre voy a otro (de otra cadena), pero éste me quedaba cerca de la casa de mi amigo, que me iba a pasar a buscar por ahí. Angel reflexionó: "Para lo único que me sirvió todo esto es para no volver a entrar a ninguna sucursal" de la misma cadena.

Desde el supermercado de Entre Ríos 2361, el encargado del turno tarde confirmó a este diario la situación que derivó en una denuncia penal, pero se negó a dar información, amparado en el hecho de que la causa está en la Justicia.

En tanto, los imputados continúan siendo investigados. Fuentes judiciales indicaron que el juzgado espera el resultado de una pericia informática sobre la caja registradora que marcó la compra. En tanto, la defensa de Angel reclamó que se tomen una serie de medidas tendientes a transparentar el funcionamiento de la caja, los tickets que emitió hasta dos semanas antes de la compra de su cliente, y otras pericias relacionadas con los códigos de barra de la mercadería.