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El Ejecutivo municipal enviará mañana al Concejo su propuesta para declarar nuevas áreas para uso productivo, con el propósito de reordenar la ubicación de pymes y depósitos que están dentro de la trama urbana. El proyecto apunta a duplicar la superficie apta para radicación de industrias, y promover esos emplazamientos en nuevos polígonos que se sumen a los cuatro que funcionan actualmente.

El Plan Integral de Suelo Productivo fue bosquejado el año pasado y puesto a discusión en marzo y en julio con dirigentes de las cámaras empresarias de la ciudad. "La idea ha sido corregir aspectos según las inquietudes de los sectores afectados y sumar el mayor consenso posible para presentarlo al Concejo", explicó el secretario de Planeamiento, Pablo Barese. Es el primer paso de la gestión Fein en planificación tras la actualización completa del Código Urbano, que entró en vigencia total el pasado 26 de agosto.

La propuesta oficial incrementa los valores punitivos para quien haga un uso especulativo u ocioso del suelo. Clasifica áreas específicas para empresas alimenticias, farmacológicas y de logística detrás del Mercado de Fisherton; industrias de mediano y gran porte en la zona de Uriburu y Circunvalación; metalmecánicas, frío, caucho y plásticos en Ovidio Lagos al sur de Circunvalación, depósitos detrás del Mercado de Productores, y el área para empresas de base tecnológica ya en ciernes en el ex Batallón 121. Así pretenden sumar unas 340 hectáreas a las 940 que hoy están catalogadas para emplazamiento industrial. Y no se trata sólo de fábricas. El Ejecutivo quiere consolidar áreas que definan el cordón frutihortícola en los bordes del municipio. "Casi tres cuartos de la zona semi rural del ejido está ocupada por cultivos de soja. Debemos desalentar esa actividad y potenciar la producción frutihortícola", señaló Barese.

La readecuación del mapa industrial de la ciudad pondrá a varios talleres, depósitos, compañías de logística, servicios y otras pymes en un proceso que deberá desembocar en una mudanza, obligatoria a partir de un período aproximado de cinco años a partir de la sanción de la ordenanza, según el interés municipal. El desafío será evitar que este reordenamiento provoque el éxodo de empresas a ciudades vecinas. Según ha dicho la secretaria de Producción, Eleonora Scagliotti, la norma provocará la relocalización del 5 por ciento del total de empresas radicadas en Rosario.

Barese admitió que en las nuevas áreas asignadas hace falta mejor infraestructura de servicios para alojar industrias. Para ello, la idea es facilitar apoyo estatal a formas asociativas entre empresas que costeen la extensión de los servicios necesarios. Y el modo de establecerse, según los rubros, sería a través de polígonos de entre 5 y 10 hectáreas, más chicos que los cuatro que ya funcionan en la ciudad.