CIUDAD › BONFATTI RECIBIó RESPALDO PERSONAL Y POLíTICO POR EL ATAQUE.
Los partidos y representantes de todos los niveles del Estado respaldaron ayer al gobernador en su lucha "contra las organizaciones violentas". Los disparos en su domicilio "podrían haber desencadenado una tragedia", dijeron.
› Por Luis Bastús
"Lejos de amedrentarnos, con este mensaje que pretendieron darnos nos dan más fuerza porque nos están diciendo que estamos en el buen camino. Esto nos une y nos fortalece. Me siento más fuerte que nunca. Acá venimos, los tres poderes del Estado, la Nación, la Provincia y los municipios, todos los partidos políticos a ratificar el rumbo de combatir a las organizaciones violentas", dijo el gobernador Antonio Bonfatti ayer al mediodía, acompañado de todo el arco político, luego del atentado sufrido antenoche en su casa, en barrio Alberdi. Hubo condena unánime hacia "las organizaciones violentas", un término que acuñado así englobó a las múltiples hipótesis que barajan en el Ministerio de Seguridad y que investigan la fiscal Cristina Rubiolo y la jueza María Luisa Pérez Vara. Ese conjunto de posibilidades incluyen la teoría de una venganza por la decisión política de avanzar sobre algunas de las organizaciones del narcotráfico local, una agresión fundada en la ofensiva judicial sobre intereses de poder en la barra de Newell's, y una probable represalia urdida desde algún sector de la Policía provincial disconforme por algunos cambios promovidos en la organización de la fuerza. Ninguna pista es firme, aún.
El Salón Blanco de la delegación local de Gobernación quedó chico para contener la expresión de repudio al ataque perpetrado contra el hogar familiar del mandatario, cuando cuatro hombres en dos motos descerrajaron 14 disparos que impactaron sobre la vivienda de Darragueira y Gallo, mientras Bonfatti, su esposa Silvia Tróccoli, y la empleada doméstica estaban adentro.
La balacera estremeció a la clase política santafesina y despertó una condena inmediata que trascendió los límites de la provincia. Ese impacto se tradujo en el acto de ayer, en la que oficialismo y oposición cerraron filas para repudiar el ataque cuyo destinatario directo atribuyó "no contra Antonio Bonfatti, sino a la investidura del gobernador, y en definitiva contra la democracia que tanto nos costó conseguir, y contra todos los santafesinos".
Bonfatti encabezó la presentación flanqueado por el ministro de Defensa de la Nación, Agustín Rossi, la vicepresidenta de la Cámara de Diputados de la Nación, Alicia Ciciliani, el vicegobernador Jorge Henn y la presidenta de la Corte Suprema de Justicia provincial, María Angélica Gastaldi. Alrededor se dieron cita numerosos dirigentes políticos, sindicales, legisladores, concejales y funcionarios de gobierno. En esa platea se sentaron juntos los candidatos a diputados Hermes Binner, por el Frente Progresista, y Jorge Obeid, por el Frente para la Victoria, al lado de la esposa de Bonfatti, y de la intendenta Mónica Fein. Y hacia atrás, un abanico de diputados y senadores provinciales, y concejales oficialistas y opositores.
El titular del Ejecutivo arrancó refiriéndose a la ausencia de custodia personal en su domicilio. "En mi labor profesional tengo personal de custodia, pero en el resto de las horas de mi día pedí expresamente al asumir no tenerla. Pretendo ser un ciudadano que dé servicios a la comunidad, y no alguien con privilegios por ser gobernador. Camino por mi barrio, me desplazo con mi familia por la ciudad, hago las compras sin custodia. Y anoche (por el viernes) ocurrió esto que no lo tomo como un ataque a Bonfatti sino a la investidura del gobernador, en definitiva, un ataque a la democracia, a los santafesinos", dijo y despertó un aplauso que connotó el sentir de los que se habían dado cita.
Por primera vez el gobernador se emocionó en público. Fue un instante. "Agradezco infinitamente, primero, a los vecinos de mi barrio que al instante del atentado estaban todos rodeando mi casa", dijo en un requiebro de voz. Y se repuso al continuar los reconocimientos "a todos los que expresaron su solidaridad, al jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina, al presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, al secretario de Seguridad, Sergio Berni", entre otros. Y agradeció puntualmente a Rossi, "como un referente del gobierno nacional que vino a darnos su respaldo", y a Gastaldi, como representante del Poder Judicial. "Vengo a decirle a los santafesinos que me siento más fuerte que nunca y que vamos a seguir redoblando el accionar cotidiano en lo social, con el avance de la Justicia y la reforma que estamos llevando adelante", amplió.
En sintonía, Rossi transmitió desde la Nación un "rechazo terminante y la vocación de combatir a todas estas organizaciones de la criminalidad organizada. Seguiremos profundizando este camino de trabajo conjunto entre las fuerzas de seguridad provinciales y federales, tras el mismo objetivo".
El ministro de Defensa interpretó que la agresión consumada sobre el domicilio particular del gobernador "no apunta al dirigente político, porque nosotros de alguna manera estamos curtidos y tenemos una decisión de vida tomada hace muchísimos años, sino que apunta a amedrentar la estructura familiar. Por eso, mi solidaridad para con la esposa del gobernador y toda su familia", expresó. Y dijo saberlo por experiencia propia, aunque salvó las diferencias del caso, cuando sufrió hostilidades en su casa durante el conflicto del gobierno con el sector agropecuario.
Rossi exhortó a "tomar un compromiso entre todos para no vivir en medio de esta violencia basura que existe en Rosario, y recuperarla para que nuestros hijos vivan en la ciudad que nosotros conocimos. Este compromiso trasciende a quienes ocasionalmente tenemos representaciones políticas. Es de todos, y lo vamos a perseguir y concretar".
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