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Los colectiveros levantaron ayer el paro iniciado el domingo, tras el balazo que sufrió uno de ellos durante un asalto. Reanudaron el trabajo ayer por la tarde, al término de una reunión con autoridades del Ministerio de Seguridad, de la Secretaría de Servicios Públicos y de las fuerzas de seguridad, que les anunciaron un "plan de trabajo" que a los delegados de la Unión Tranviarios Automotor les pareció señal suficiente como para interrumpir la protesta y aguardar resultados.

Sergio Copello, secretario adjunto de la UTA, anunció ayer por la tarde la decisión de restablecer el servicio de las líneas de la empresa La Mixta en función de "haber escuchado a las autoridades preocupadas por la situación de inseguridad que se vive arriba de los coches y, en función de esto, implementar un plan de trabajo", cuyos detalles prefirió no revelar.

Según el sindicalista, los episodios de violencia y delito sobre unidades del transporte de pasajeros "habían mermado desde la llegada de fuerzas federales, pero luego tuvimos un caso serio en Villa Gobernador Gálvez, y el sábado el compañero de la línea 112 que sufrió un tiro en una pierna, motivos que nos llevaron a plantear la atención de las autoridades".

El caso testigo fue el asalto que cuatro personas consumaron poco antes de las 20 del sábado sobre un colectivo de la línea 112, cuando ascendieron a la altura de Junín al 5600. Tras robar pertenencias a los pasajeros, uno de los delincuentes le descerrajó un disparo al chofer, José Luis Pizarro, de 61 años. La víctima se encontraba ayer hospitalizada pero fuera de peligro, aunque para entonces lo ocurrido motivó el cese de recorridos en todas las líneas de La Mixta: 112N, 112R, 115, 126 N, 126R, 127, 131, 132, 138, 139 y 140.

La secretaria de Servicios Públicos municipal, Clara García (foto), tampoco brindó precisiones acerca de la estrategia sugerida por los jefes de la Unidad Regional II, y de los destacamentos locales de Gendarmería y Prefectura Naval, presentes en la reunión. Descartó la versión de asignar de manera constante un uniformado a bordo de cada colectivo. "Sería hasta temerario", señaló.

Sí pudo saberse que de la reunión surgió el compromiso formal de acentuar tareas de patrullaje en las zonas que los colectiveros apuntan como de mayor ocurrencia delictiva, y de disponer inspecciones aleatorias sobre ómnibus en tránsito, en las que policías, gendarmes o prefectos interrumpirán momentáneamente el recorrido de esa unidad.