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¿Cuánto de machismo está impregnado en la cultura, en lo cotidiano, en esas palabras que parecen "un chiste", que no se cuestionan, que terminan siendo el cimiento de violencias más brutales? Para lanzar esa pregunta en distintos espacios, El Puente, grupo de psicólogas de La Toma se lanzó a fines del año pasado con la campaña "Espacios Libres de Violencia de Género. Mañana, a las 11, en el Centro Cultural La Toma (Tucumán 1349) harán su segundo desayuno de trabajo junto a distintas organizaciones y personas interesadas en la propuesta de crear Espacios Libres de Violencia de Género. Están contentas porque un hombre que participó del primer desayuno, que integra la comisión directiva del club El Porvenir, del barrio La Tablada, se entusiasmó y llevará a otras personas del barrio. El efecto multiplicador significa que "esta campaña empieza a mostrar su efectividad", consideró una de las psicólgas, Marita Fernández.

"El espíritu de esta campaña es la posibilidad de descubrir y visibilizar cuestiones cotidianas, interpelarlas, mostralas y ponerlas en juego para interrogarse sobre qué pasa en cada organización", explicó otra de las integrantes del grupo, Susana Schusteroff. Sandra Bonfanti, Dorcas Bressan y Liliana Grappa completan el núcleo de profesionales. Espacios políticos como la Corriente Nacional de la Militancia y organizaciones gremiales como el Sindicato de Prensa ya se sumaron a esta iniciativa que fue declarado de interés por el Concejo Municipal. Sus impulsoras quieren impedir que se trate de una acción meramente declamativa. "Para eso, creemos que las acciones que se realicen deben estar ligadas a la singularidad de cada organización. ¿Qué precisa el Centro de Salud que se suma? ¿De qué modo se puede asumir esta condición liberadora del machismo", apuntó Bonfanti.

La propuesta es incomodar las bases de la cultura patriarcal, poniéndolas en debate. "El patriarcado encuentra sus orígenes en el principio del capitalismo, e incluso más allá, de la sociedad judeo-cristiana, por eso apuntamos a la interrogación, a la interpelacíon de ese sistema para quitarle su naturalidad y develarlo como un plan de dominación política, cultural y social", consideró Bressan.

Como ejemplo de esa naturalización, Bonfanti recordó el ejemplo del propio centro de salud donde ella es psicóloga, en el que la campaña se materializó en un taller de formación. "En dos años acá no tuvimos problemas de violencia de género", aseguraban las personas que participaron. "Con un taller no alcanza, pero al menos nos divertimos y pudimos poner en cuestión muchas de esas ideas naturalizadas", agregó la profesional, y Bressan se sumó para admitir que "cuesta desnaturalizar el maltrato, porque también criamos hijos varones. Y como el machismo está en las representaciones sociales, las vamos produciendo y reproduciendo". Schusteroff agregó que "es un ejercicio cotidiano, permanente, incluso con nosotras mismas que pese a las lecturas feministas y la reflexión, muchas veces nos encontramos reproduciendo esas ideas naturalizadas".

Fernández recordó que Grappa aportó un material fundamental para el trabajo, como es el estudio de los micromachismos de Luis Bonino. "Se trata de esas cuestiones insidiosas que no son un maltrato evidente sino que son expresiones y conductas naturalizadas, que afectan la salud de las víctimas, que no son sólo mujeres, sino también otras personas de la diversidad sexual", expresó. Las personas y organizaciones interesadas en sumarse a la campaña o conocer de qué se trata pueden escribir a [email protected] o en la página de Facebook El Puente Psicólogas en la Toma.