Desde Santa Fe.

El coronel retirado Héctor Melitón Martínez está preso desde el jueves. El juez federal Carlos Vera Barros lo indagó por delitos de lesa humanidad en Santa Fe y ordenó su traslado a la cárcel de Las Flores, donde ahora deberá esperar que el magistrado resuelva su situación procesal. En la indagatoria dijo que "no tiene apodo", pero tampoco le preguntaron si en el Destacamento de Inteligencia 122, donde operó durante la dictadura, lo llamaban "Nolo". Un sobrenombre por "su baja estatura" con el que lo señaló ante la Conadep, en enero de 1984, un sobreviviente del terrorismo de estado que lo identificó como "capitán Martínez" y el alias. "Yo no era operativo", dijo en su defensa al sugerir que su "trabajo" era hacer "informes en las oficinas" y negó haber participado en los hechos que le imputan.

Vera Barros interviene en la investigación porque sus dos colegas de Santa Fe, Reinaldo Rodríguez y Francisco Miño, se excusaron. La indagatoria fue solicitada varias veces por el Ministerio Público Fiscal y querellantes en causas por violaciones a los derechos humanos, pero recién se concretó esta semana cuando Martínez llegó al tribunal "detenido e incomunicado".

El juez le preguntó por su "ocupación" y Martínez dijo que era "militar retirado" y "profesor y licenciado en Ciencia Política" egresado en la Universidad Nacional de Rosario. Los títulos que también mencionó en la web de la Unión del Personal Militar Asociación Civil (UPMAC), donde figura entre sus columnistas. En febrero, escribió: "Argentina 2015, una oportunidad. Aportes desde la Ciencia Política y la Historia para superar la crisis a partir de 2015". Más recientes son los artículos de otros autores:

"Fuerzas Armadas y su futuro", "Prohibición de indultar y amnistiar: otro disparate legislativo", "Impulsa la Iglesia una iniciativa a favor de la reconciliación" o "Memoria y reconciliación", este último sobre el panel de la Universidad Católica Argentina (UCA) donde "la voz de la Iglesia fue llevada" por el ex obispo de Rafaela y emérito de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto.

Martínez admitió que "pertenecía" al Destacamento de Inteligencia 122 del Ejército. "Mi puesto en esa unidad era jefe de la Segunda Sección, que tenía como función elaborar inteligencia de los factores del potencial nacional, por ejemplo: factor económico, factor social, factor sindical o trabajo", dijo. "Se exceptuaba todo lo que hacía a la inteligencia a organizaciones armadas. Eso era patrimonio de otra sección", aclaró.

"El trabajo lo realizaba elaborando los informes en las oficinas, por medio de la información que me llegaba, que era la pública o la que elaboran los grupos que estaban en la calle, que yo no los manejaba, para eso había una sección específica", explicó.

"La producción de inteligencia era elevada a mi jefe superior inmediato, que era el jefe del Destacamento. Por lo tanto, no era operativo, y por eso niego haber participado" en los hechos que le reprochan.

-¿Tiene algo más que agregar? -le planteó el juez.

-No -contestó Martínez.

Más tarde, Vera Barros le levantó la "incomunicación" y ordenó que siga detenido en la cárcel de Las Flores. Pero en caso de que sea necesario, autorizó "su traslado a centros asistenciales para una adecuada atención de su salud", con "la debida custodia" del Servicio Penitenciario.

En 2010, en el juicio al represor y espía del Ejército ya fallecido, Horacio "Quique" Barcos, otro ex agente civil de inteligencia que declaró como testigo, César Frilocchi negó conocer a Martínez, a pesar de que éste lo promovió como PCI, en el Destacamento de Inteligencia 122. "El capitán Héctor Melitón Martínez considera que Frillocchi es apto para desempeñarse en la especialidad de agente secreto", decía el informe. Frilocchi lo negó. El fiscal Martín Suárez Faisal le preguntó entonces cuál era su relación con el militar que lo había recomendado. "¿Conoce al capitán Melitón Melitón?, le planteó.

-No, no lo conozco -cerró Frilocchi.