La Cámara Penal ordenó la libertad del comisario inspector Gustavo "Gula Gula" Pereyra, quien fue procesado por la jueza Alejandra Rodenas y arrestado, en setiembre pasado, acusado por su vinculación con la banda Los Monos. En la decisión se evaluó que "no hay peligrosidad procesal ni riesgo de fuga", ya que Pereyra se presentó a la Justicia cuando fue solicitado mientras estuvo en libertad, ligado a la causa. También se analizaron los problemas de salud que tiene el imputado.

Pereyra fue procesado meses atrás, luego de que la Cámara Penal ordenara revisar el fallo de Juan Carlos Vienna, quien con las mismas pruebas había decidido desligarlo de la causa por asociación ilícita. El policía era el uniformado con mayor rango en la Secretaría de Delitos Complejos dependiente del Ministerio de Seguridad de la provincia, que lidera Ana Viglione.

Según el fallo que lo procesó hace dos meses, su tarea era "poner a disposición de la banda información reservada y secreta, la cual conocía en función de su condición de funcionario público y sus específicas funciones", de manera de procurarle impunidad al grupo, recibiendo por ello una retribución económica. Por ello, la jueza Rodenas decidió dejarlo preso.

El procesamiento de Pereyra llega a partir de una serie de escuchas que se hicieron a la línea de Ramón Ezequiel Machuca, alias el "Monchi", actualmente prófugo y con orden de captura vigente. En las escuchas se lo nombra varias veces por su apodo y aludiendo a él como el superior de Juan Marcelo Maciel, alias el "Chavo", también empleado policial condenado en la megacausa de Los Monos, entre los once miembros que ya cumplen penas de no más de tres años de prisión.

Maciel era el punto en común entre Pereyra y la banda. Al parecer, Pereyra alertaba sobre allanamientos, entregaba datos sobre policías, realizaba gestiones para que integrantes de la banda pudieran ser liberados de una comisaría o indicaba cuándo los móviles se apartaban de zonas donde operaban búnkers de droga; pero no tenía contacto directo con Los Monos.

Cuando lo procesó, Rodenas tuvo un criterio opuesto al que había tenido Vienna, para quien no había elementos de cargo decisivos para acusar al policía. El juez, fundamentó en su momento que la prueba en su contra era "endeble".

En la audiencia de ayer, la defensa de Pereyra dijo que la presunción de peligrosidad procesal "no existe". Atento a los problemas de salud que sufre su defendido, solicitó la medida cautelar de prisión domiciliaria; pero ayer, ante el camarista, directamente pidió la libertad.

Frente a ello, Daniel Acosta consideró que "no hay riesgo procesal", si el imputado espera en libertad. Justamente, este camarista fue quien revocó en su momento el sobreseimiento del acusado, por lo que fue procesado.

El magistrado recordó que Pereyra estuvo en distintos estados procesales: detenido, con falta de mérito, con domiciliaria y siempre estuvo presente cuando se lo solicitó; por ello señaló que "no existe riesgo de entorpecimiento", máxime cuando hay otras personas acusadas en la causa, con más elementos en contra, que tampoco están detenidas.

Con Pereyra, suman 14 los integrantes de distintas fuerzas de seguridad (12 policías santafesinos, uno de la Federal y uno de Prefectura) involucrados en la asociación ilícita narcocriminal.