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Luego de votar en una escuela de barrio Martin, el gobernador electo Miguel Lifschitz planteó ayer que el próximo presidente -todavía no se sabía el resultado del ballotage- "va a tener mucho menos poder que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, con lo cual va a necesitar de mayor diálogo con los diputados, senadores y gobernadores", dijo. Y agregó: "Si lo hace con habilidad y logra acuerdos, me parece que éste puede ser un buen tiempo para la Argentina".

El socialista develó luego de sufragar que se alineó con el mandato de su partido y que votó en blanco. "Hay gran expectativa de la gente de que haya cambios. Algunos aspiran a un cambio rotundo; otros quieren un cambio con continuidad y algunos votamos en blanco".

En el mismo sentido, el sucesor de Antonio Bonfatti cifró expectativas en que "venga una etapa de mayor institucionalidad en la Argentina", y abogó por una etapa de "mayor diálogo entre el gobierno y la oposición, con más federalismo", opinó.

Y en tren de promesas electorales, enumeró: "Tenemos la expectativa de que se pueda reactivar rápidamente el sector agropecuario, que haya medidas de aliento y de promoción a la actividad, que se eliminen las retenciones a las exportaciones, que haya un tipo de cambio más favorable para el desarrollo de la industria, para las exportaciones, y si esto ocurre, me parece que más rápidamente la economía se va a recuperar", indicó Lifschitz.