Mujeres víctimas de la violencia machista y otras que reclaman que escuchen a sus hijos, protestaron contra el sistema judicial. Todas recurrieron a pedir ayuda a la Asociación de Mujeres Luchadoras (Ademul), que dirige Fernanda Serna, sobreviviente de un femicidio. Ayer, hicieron un recorrido por la fiscalía y los pasillos del tribunal para encontrar respuestas a sus denuncias.

En diálogo con Rosario/12, Yanina dijo que tiene media docena de denuncias contra el padre de su hija de tres años. "Me separé de él hace dos años, porque él es muy violento. Ya desde el embarazo me golpeaba porque él no quería que tuviera a la nena; pero yo la tuve y eso le molestó mucho. Después estuvimos un tiempo juntos, porque él me dijo que iba a cambiar, pero no fue así: empezó a pegarnos a las dos, y aunque me alejé él, me sigue buscando. Dice que nos va a matar. La última vez le gatilló a la nena, pero no salió la bala. Entonces la golpeó con el arma en el pecho", dijo la joven. Y se quejó: "En la Fiscalía no hacen nada, y él me dijo que si me vuelve a ver con la nena, me la a devolver en un cajón".

La historia de Rocío también es dura. "Me tuve que ir del departamento con mis tres hijos de 4, 6 y 9 años, porque me apuntó con un arma. Hice la denuncia acá, pero no le hicieron un allanamiento hasta hoy, que lo prometieron. Tenía denuncias hechas con anterioridad, pero nunca me dieron bola".

Otra de las mujeres terminaba de hacer su denuncia en la Fiscalía, cuando habló con este diario. "No tengo vida, este hombre me persigue a mí y a mi hijo. El lunes entró a mi casa y me sacudió porque me quería sacar al nene, pero me salvaron mis hijos más grandes".

Serna dijo que el problema en la Fiscalía es que las denuncias "no son enviadas a la fiscalía correspondiente, sino a cualquiera. Esto no es una causa penal común, no se pude desestimar una denuncia de violencia de género", se quejó.

En Tribunales se relataron otros casos que están en la Justicia de Familia, donde hay niños y niñas involucrados. "Doctora (Sabina) Sandarriq, escuche a mi hija", le reclamó Evelyn, a la magistrada, en uno de los carteles.