Sandra Cabrera fue víctima de femicidio el 27 de enero de 2004. Su hija Macarena tenía ocho años. Sandra era su único sostén. En aquel entonces, la palabra femicidio no estaba en la agenda. El asesinato de Sandra tuvo, además, un claro componente político: había denunciado la complicidad policial con el proxenetismo y la trata de personas, había puesto en agenda que ellas eran perseguidas, encarceladas y extorsionadas por la policía. El único detenido en la causa de su femicidio, Diego Parvluczyk, que era subjefe de la Policía Federal de Rosario, quedó sobreseído. El crimen de Sandra Cabrera está impune. Macarena tiene hoy 20 años, vive en una casa precaria, y acaba de ser mamá de su segundo hijo. La semana pasada, la secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (Ammar) Córdoba, Eugenia Aravena, estuvo en Rosario. Le trajo a Macarena algún dinero, ropa de bebés y pañales que juntaron en una jornada solidaria de Ammar Córdoba. Para encontrar una solución de fondo a la situación de la joven, se entrevistó con la directora de Políticas de Género de la provincia, Gabriela Sosa y la subsecretaria de Desarrollo Social de la Municipalidad, Mónica Peralta. "Hay una deuda del estado con relación a Macarena, porque Sandra Cabrera fue asesinada por reclamar y por denunciar cosas que nadie estaba denunciando en ese momento", dijo Aravena.

Macarena tiene una hija que no cumplió los dos años y un varón que nació el 28 de mayo pasado. Viven en una precaria pieza que pudo levantar. A su pedido, Ammar Córdoba la becó para que se capacite como gestora. "Esperamos realmente que nuestro reclamo y nuestra intención de acompañamiento a Macarena tenga respuestas concretos, porque no nos sirven los subsidios momentáneos, de urgencia, que ayudan en el momento pero que terminan siendo parches. Nosotras necesitamos una red de contención, para dar seguimiento a que ella continúe con el curso que está haciendo, y estamos tratando de acompañarla para que cuente con herramientas para salir adelante con sus 20 años y sus dos hijos", dijo Aravena.

Ammar Córdoba realiza una reconocida tarea social en su provincia, con talleres de oficios, guardería, escuela para niños y adultos, así como otras actividades para las afiliadas. "Hemos tenido a lo largo de estos doce años que van a hacer desde el asesinato de Sandra siempre algún tipo de comunicación y vínculo con Maca, siguiendo su situación", afirmó Aravena, quien afirmó que se trata de poner en evidencia "qué pasa con las hijas e hijos de las mujeres asesinadas en relación al rol que cumple el estado".

Aravena denuncia la impunidad. "Las denuncias le costaron la vida a Sandra, y ella tenía su hija, que tuvo que atravesar muchas necesidades y que las sigue pasando. Nunca hubo justicia con relación a Sandra, la causa nunca avanzó. Por eso decimos que hay una deuda del estado con Macarena", consideró Aravena. A la dirigente le provoca "mucho dolor y mucha injusticia y mucha impotencia de que solo se hable de Sandra Cabrera el 27 de enero porque creo que hay todavía mucha discriminación cuando se habla de trabajo sexual. Se discrimina la figura de Sandra, lo que ella representaba y lo que era".