La policía Gladys Galindo fue imputada ayer por el crimen de Jonatan Herrera y se ordenó la prisión preventiva sin plazo. A un año y medio del hecho, el fiscal Adrián Spelta exhibió un croquis de Balística en el que dos peritos coincidieron con que la bala que le rozó la cabeza a la víctima partió del arma reglamentaria de la cabo del Comando Radioeléctrico. Según reveló, la mujer de 35 años iba como acompañante de uno de los móviles policiales que seguía al presunto autor del robo en una juguetería de San Martín y bulevar Segui. Cuando llegaron a la esquina de Ayacucho, redujeron al presunto ladrón, pero personal de la Policía de Acción Táctica (PAT) que viajaba en un colectivo de línea decidió bajarse y disparar hacia donde Jonatan lavaba su auto. Cuatro agentes de esa repartición fueron acusados, pero la familia nunca dejó de reclamar que siga la investigación para determinar quién efectuó el disparo que le dio en el cráneo al chico de 22 años. Ante ello, el mes pasado la Fiscalía ordenó una nueva pericia que no dejó dudas y derivó en la detención de Galindo, quien se abstuvo de declarar y negó con la cabeza lo relatado por el fiscal. El juicio por el hecho será entre octubre y noviembre.

"Teníamos determinado quién había disparado las balas del pie y la pierna, que atravesó una arteria, y teníamos un tercer disparo que no tenía autor individualizado. Con nuevos instrumentos adquiridos por Balística, más una reconstrucción virtual, se pudo determinar la trayectoria de la bala que le dio en la cabeza y era mortal", detalló Spelta. Dentro de la sala, explicó ante el juez Gonzalo López Quintana el trayecto de cada bala: los mortales partieron de las armas de Ramiro Rosales (PAT) y Gladys Galindo; mientras que el del pie salió del arma de Francisco Rodríguez. En la investigación se determinó, además, que Luis Sosa también disparó su arma. Los dos últimos serán llevados a juicio por tentativa de homicidio, aunque ayer la defensa de ambos consideró que el relato del fiscal "los desvincula".

María Elena, la madre de la víctima, señaló: "Nosotros advertimos desde el primer momento que había personas del Comando implicadas y esto se va dando. Acá se intentó cerrar un juicio abreviado con tres acusados y como no estuvimos de acuerdo la investigación avanzó. Da bronca porque hace un año y medio que esta persona está libre, después de lo que hizo. Lamentablemente fue muy lerda la justicia para llegar a esto y hubiera sido injusto que le dieran prisión domiciliaria --como pidió el abogado José Luis Giacometti--. Acá siempre buscamos la verdad y luchamos para que esto se esté dando. Los dos imputados por tentativa de homicidio están presos porque ellos también dispararon; así que no tienen porque pretender lavarse las manos. No tienen por qué bajarse de un colectivo y disparar por disparar. La abogada de estos acusados nos vino a decir que ellos vienen reclamando hace rato que se investigue al Comando, pero yo tengo dos abogadas y no necesito que ella me venga a decir nada, porque estábamos esperando esto, y ahora vamos a luchar más que antes para que se descubra totalmente la verdad".

En la causa están acusados desde enero de 2015 los policías Rosales, como el autor de uno de los disparos mortales que ingresó por una pierna y tocó una arteria vital, para quien se pidió prisión perpetua; Rodríguez y Sosa, por tentativa de homicidio, con pedido de 12 años de prisión; y Alejandro Gálvez, que fue condenado en juicio abreviado --con el desacuerdo de la familia de la víctima-- a tres años de prisión por el delito de abuso de armas.

Ahora, se pudo determinar quién disparó la otra bala mortal, que le pegó en el cráneo a Jonatan y quedó incrustada en la pared de su casa. Galindo fue imputada por el delito de homicidio calificado, agravado por abuso de su función de policía, pena que prevé prisión perpetua. Ante ello, el juez López Quintana ordenó que permanezca detenida, mientras avanza la investigación.

A las tres de la tarde de aquel 4 de enero de 2015, Jonatan estaba en la vereda de su casa cuando personal del Comando y la PAT irrumpió con una persecución. Tres balas le dieron a Jonatan, quien atinó a esconderse detrás de un árbol, pero no logró salvar su vida.