El domingo los rosarinos elegirán 11 concejales, y "Ley Borgonovo" mediante, a partir del 10 de diciembre el Concejo Municipal tendrá sólo 22 ediles. De confirmarse, aunque más no sea parcialmente, los pronósticos de la mayoría de los encuestadores, el Socialismo manejará cómodamente la actividad en el Palacio Vasallo a punto tal que tendrá casi la mitad de las bancas y reclamará para sí la Presidencia del cuerpo. El intendente Miguel Lifschitz tendrá el bloque oficialista más numeroso, en términos propocionales, de los últimos años, asegurándose así la gobernabilidad necesaria para lo que resta de su mandato. El peronismo continuará siendo la principal fuerza opositora pero tendrá que hacer una buena elección para conservar poder de veto. El ARI se convertirá en el partido bisagra: sus votos definirán gran parte de las votaciones. El cavallerismo y el radicalismo perderán peso al igual que las bancadas unipersonales.

Actualmente el Concejo tiene 31 ediles (una banca continúa vacía, la que obtuvo fraudulentamente el ARI trucho en el 2001 y que vence a fin de año). El 10 de diciembre 21 concejales culminarán sus mandatos y al ingresar sólo 11 ediles, el cuerpo tendrá 22 integrantes desde el 2006.

El peronismo es el partido que más arriesgará en las elecciones del próximo domingo: actualmente es la primera fuerza del Concejo con nueve ediles, de los cuales 6 pone en juego en los comicios. A la inversa, el Socialismo sólo renueva 3 de sus 8 concejales. El cavallerismo posee a la fecha 3 representantes y 2 de ellos terminan su labor a fin de año. El radicalismo, dividido en dos bloques, tiene 4 concejales y sólo 1 continuará ejerciendo su labor hasta el 2007. El ARI renueva una de sus dos bancas y el Partido Socialista Auténtico el lugar que ocupa desde el 2003 Alberto Cortés, que va por la reelección.

Teniendo en cuenta este panorama y los vaticinios de los principales encuestadores, que pronostican una victoria de la lista del Frente Progresista que encabeza Horacio Ghirardi seguido por Osvaldo Miatello (Frente para la Victoria) y Carlos Comi del ARI, el escenario político que se proyecta para los próximos dos años en la ciudad aparece como marcadamente favorable para el oficialismo rosarino.

Si el socialismo consigue, como han pronosticado los sondeos de opinión, al menos cinco de las 11 bancas en juego tendrá una bancada propia de nueve ediles más una aliada casi incondicional (Daniela León) que integra la propia lista del Frente Progresista, contabilizando en total 10 escaños sobre 22. De esta forma, y por primera vez en años el socialismo será la primera minoría y podrá reclamar para sí la presidencia del Concejo. Un mapa mucho más favorable al actual donde el oficialismo posee sólo 8 ediles sobre 31 concejales que integran el cuerpo.

Haciendo una buena elección, el justicialista Frente para la Victoria conseguiría ingresar 4 ediles al Palacio Vasallo, que sumados a los tres que conservará le permitirá llegar a un bloque de 7 concejales. De ser así, el PJ continuará siendo la principal fuerza opositora en la ciudad pero perderá peso político: en adelante el PS no estará obligado a consensuar con los peronistas cada una de las inciativas consideradas claves para el Departamento Ejecutivo.

El ARI aspira a conseguir los votos necesarios para ingresar dos ediles, lo que le permitiría tener una bancada propia de tres concejales que, se presume, será la bisagra del Concejo: sus votos terminarán de inclinar la mayoría de las votaciones claves en el recinto.

Al concurrir por fuera del PJ, el cavallerismo deberá esforzarse para conseguir los sufragios mínimos para que Ricardo Marengo sea reelecto y pueda el PPS tener dos ediles propios. De lo contrario tendrá un sólo concejal al igual que el radicalismo (Trigueros), salvo que Jorge Boasso sea reelecto (está sexto en la lista de Ghirardi).