Martes, 30 de enero de 2007 | Hoy
El proyecto para "aggiornar" viejos bares es rechazado por los partidarios "de la restauración más que de la refuncionalización".
Desde hace 17 años, cada domingo recorre los principales atractivos arquitectónicos de la ciudad. Oficia de guía urbanístico ante la mirada de rosarinos interesados y turistas curiosos. Conocedor como pocos del patrimonio de Rosario, el arquitecto José Jumilla no dudó en pronunciarse a favor de mantener, en la medida de lo posible, los viejos bodegones tal como fueron concebidos. "Siempre que técnicamente se pueda, soy partidario de la restauración más que de la refuncionalización", dijo a Rosario/12 el ex profesor de la Facultad de Arquitectura de la UNR, al ser consultado sobre la postura de la municipalidad de subsidiar reformas edilicias de los bares tradicionales como el recientemente cerrado La Buena Medida.
Ayer, en declaraciones radiales, la secretaria de Planeamiento Mirta Levin confirmó lo adelantado por este diario: el municipio tiene prácticamente decidido lanzar un programa para rescatar los bodegones "abandonados" que todavía funcionar en el centro y en los barrios. El plan contempla un relevamiento inicial y luego la intervención edilicia, asesoramiento técnico mediante y no se descarta que sea subsidiado.
Consultado por Rosario/12, el arquitecto Jumilla se encargó de diferenciar situaciones "en las que no queda otra alternativa que la refuncionalización, una reforma estructural como en el bar El Cairo que padeció un incendio que afectó severamente sus estructuras, de otras circunstancias, bares que técnicamente pueden ser restaurados y vueltos a poner en valor como supieron ser originalmente".
Jumilla aclaró que puden darse situaciones "en las que no se puede avanzar con la restauración por otros problemas estructurales. Si hay problemas en las columnas, en los techos, si la humedad avanzó de manera significativa afectando la mamposteria seguramente no quedará otra opción que avanzar con un reciclaje más integral".
En ese marco el reconocido arquitecto local dijo ser partidario "en la medida de los posible de las restauraciones más de que de las refuncionalizaciones. Un ejemplo de esta salida es el bar que está en la esquina de Mitre y Urquiza que gran parte de su estructura fue respetada, quedó muy agradable y tiene muchos clientes".
A la hora de mencionar otro ejemplo de una refacción que no avaló mencionó el caso de la vieja estación de ferrocarril Rosario Central donde hace más de un año el municipio inauguró el Distrito Centro. "Se pudo restaurar como la vieja estación original de 1910, una de las más antiguas y grandes del mundo, pero la municipalidad optó por otra intervención urbana que luce muy bien pero que no comparto", planteó.
El bagaje de conocimientos sobre el patrimonio arquitectónico de la ciudad que adquirió, Jumilla los vuelca todos los domingos por la tarde en la recorrida guiada que ofrece de manera gratuita. El próximo fin de semana hará lo propio con el edificio del Hospital Centenario.
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