El intendente Miguel Lifschitz salió a aclarar ayer que no se refirió al gremio municipal cuando señaló que no aceptaba la "metodología del apriete" sino que habló en forma genérica. Más aún: el jefe comunal destacó que con la cúpula del sindicato tiene "una excelente relación". No obstante ello se negó a precisar cifras de aumento salarial, tras lo cual advirtió que como contrapartida, eventuales incrementos en los haberes podrían traer aparejado una dismunición en los servicios y obras públicas que brinda el municipio. El titular del gremio, Néstor Ferraza estimó que de efectivizarse la suba salarial del 20 por ciento reclamada, ello demandará una inversión de 50 millones de pesos anuales.

En declaraciones radiales, Lifschitz negó haberse referido al gremio municipal cuando dijo que no estaba de acuerdo con la "metodología del apriete" con el que -aseguró- "tengo una excelente relación". Esa afirmación cayó mal entre los municipales, al punto que Ferraza sugirió que Lifschitz había regresado de su gira por California con "la onda Terminator", aludiendo al pasado cinematográfico del gobernador de ese Estado norteamericano, el republicano Arnold Scharzenegger.

"Lo que hice en realidad fue una observación en general -explicó el intendente-. No me estaba refiriendo en particular a la situación con el gremio porque no hay ninguna medida de fuerza convocada. Hay una instancia de diálogo que ni siquiera comenzó. Hice una valoración genérica respecto a que los anuncios de medida de fuerza cuando todavía no se inició el diálogo no me parecían una buen metodología".

Lifschitz se negó a hablar de porcentajes de aumento ya que "cualquier porcentaje de incremento salarial en un presupuesto que todos conocen obviamente implicará reducciones en otros servicios, o en obras públicas".

Ferraza ratificó ayer que el gremio que conduce exigirá en paritarias, en consonancia con lo que planteará la Federación de Empleados Municipales (Festram) una suba salarial del 20 por ciento. "Por ahora no lanzamos ninguna medida de fuerza, vamos a dialogar como lo hacemos siempre con los funcionarios del Ejecutivo para intentar llegar a un acuerdo", indicó.

El dirigente gremial precisó que en la actualidad el salario incial de un empleado que se desempeña en la municipalidad es de 850 pesos. "Nuestra intención es lograr llevar ese mínimo a 1200 pesos. Además para el resto de las categorías vamos a reclamar un aumento del 20 por ciento, que está en línea con el aumento del costo de vida que todos sabemos está por encima de los índices oficiales (la pauta inflacionaria proyectada por el gobierno para el año en curso no supera el dígito)".

Según Ferraza, de concretarse el aumento salarial solicitado por el sector tendrá un costo fiscal de alrededor de 50 millones de pesos para als arcas municipales. "Aunque depende del momento del año en que se otorgue y eventualmente y se entrega de manera escalonada. No es lo mismo calcular el impacto para el municipio si los sueldos suben en enero o en abril. Nos parece una cifra racional teniendo en cuenta que la municipalidad también tiene más recursos propios y de la coparticipación y un Presupuesto de 750 millones de pesos para este año".