Viernes, 30 de marzo de 2007 | Hoy
Marcos Escajadillo está al frente de la emergencia en la ciudad. Descartó nuevas evacuaciones, a partir de cierta mejora del tiempo y explicó que se espera una bajante del río Paraná.
Por Claudio Socolsky
No bien llegó de Perú el pasado lunes, donde había viajado para tomar sus vacaciones, tuvo que ponerse de inmediato al frente de la emergencia. El titular de Defensa Civil Municipal, Marcos Escajadillo, recibió en la tarde de ayer a Rosario/12, con la situación mayormente controlada, como para realizar un primer balance de la difícil problemática que le está tocando vivir a miles de rosarinos, afectados por la crecida de las aguas. Con el último parte del Servicio Meteorológico Nacional sobre su escritorio, que seguía anunciando el alerta para la región, Escajadillo dijo que la labor de la repartición "se basa en una fuerte decisión política de trabajar en equipo y de trazar redes previamente". El director de Defensa Civil cree también que la granizada del 15 de noviembre "logró hacer un fuerte click en los rosarinos, que los volvió más solidarios y aprendieron rápidamente lo que significa una emergencia". El funcionario destacó además el fuerte apoyo del intendente Miguel Lifschitz, quien ayer le pidió recorrer juntos a las 6 de la mañana la zona sur de la ciudad para interiorizarse personalmente de la situación.
-Llegó de vacaciones y en menos de una hora debió ponerse al frente de la emergencia.
-Realmente, después del lunes a las 7 de la mañana, esas primeras 48 horas fueron muy difíciles. Si bien uno tiene su experiencia, hace siete años que estoy como jefe en Defensa Civil y llevo 20 años como médico de emergencias, pero de esta manera y de la forma que se presentó, el temporal fue bastante excepcional. De todas maneras, en estos momentos difíciles se necesita del trabajo en equipo, un trabajo que se ha logrado previamente.
-¿Es difícil dar respuestas inmediatas y concretas en una crisis?
-Los primeros momentos son siempre muy difíciles. Más de uno corría peligro que le entrara agua en su casa. Por suerte, el mismo lunes se empezó a dar la respuesta organizada y con criterio. Afortunadamente hubo un trabajo coordinado con la Provincia y la Nación, que es lo que corresponde; sobre todo porque había concordancia con los criterios de evaluación y con los equipos de trabajo. Y eso hace que se den los resultados: 3300 personas atendidas, cobijadas; con sus problemas e inconvenientes, claro, pero con criterio social y de salud.
-En la emergencia tampoco se está exento de cometer errores.
-Seguro, pero siempre después de cada emergencia uno aprende; creo que todos necesitamos un aprendizaje, ya que tampoco fuimos criados con conductas de prevención. El 2 de marzo hicimos una Jornada de Cambios Climáticos, y allí un especialista nos advertía sobre la posibilidad de este tipo de tormentas. Veníamos con el tema, pero a veces los hechos nos apresuran los aprendizajes. Igual hay que reconocer los errores y pedir disculpas cuando se cometen.
-Si bien la granizada del 15 de noviembre afectó a todos los rosarinos, en el caso de las inundaciones los que sufren el problema son siempre los mismos.
-Es una realidad, porque mayormente son terrenos donde se ubican los llamados asentamientos irregulares, con muy poca capacidad de recursos. Esto se cambia con políticas adecuadas de inclusión, pero no se puede lograr de un día para el otro.
-Y además faltan obras.
-Sí, pero creo que lo que pasó en esta semana fue una mixtura. El ingeniero Daniele, director de Hidraúlica de la Municipalidad, nos decía que esta es una lluvia histórica. Con una represa como la del Ludueña, que está preparada para cierto tipo de emergencias, y que se han evitado grandes inundaciones como sucedía antes. Eso significa el grado de intensidad de agua que hubo; sumado a que el canal Ibarlucea, que afortunadamente ya está licitado y a punto de construirse, nos brinda un panorama promisorio. Los cambios climáticos predicen que las lluvias serán más intensas, por eso hay que pensar en diagramar la infraestructura futura.
-Puntualmente, ¿están pensando en la posibilidad de tener que evacuar a más personas?
-En estos momentos no. Todas las referencias indican que los canales están en baja y se está trabajando intensamente en los lugares afectados. Eso indica que no hay exigencias tampoco, no hay mayor peligro.
-¿Y con la crecida del Paraná, que se encontraba a un centímetro del nivel de evacuación?
-Hablé con la gente de Prefectura y ellos nos dijeron que de Diamante para acá, el río está en baja. Con lo cual, se dice que una vez que pase este período de lluvias intensas, seguramente el Paraná tenderá a disminuir. De todas maneras, la zona más crítica es la del Mangrullo. La hemos recorrido, pero además tenemos gente que cuando ven que el río está creciendo nos llaman, y entonces nosotros vamos para allá con las bombas y las bolsas de arena.
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