La quinta jornada del temporal que viene azotando a la región desde el lunes se cobró ayer tres víctimas fatales: dos personas fallecieron a la mañana tras caer al río a raíz del derrumbe de una precaria vivienda, ubicada a la altura de calle Moreno, en la barranca. La compañera de una de las víctimas, continúa desaparecida. El tercero murió a la tarde tras arrojarse al arroyo Saladillo, en una travesura que terminó en tragedia al darse vuelta el gomón que lo transportaba junto a sus dos hijos (ver aparte). La cantidad de agua caída desde el lunes llevó los niveles de precipitación a cifras históricas: 487 milímetros, superando los 400 del año 1966. A media tarde, ante el temor del desborde del Ludueña, el intendente Miguel Lifschitz recomendó a los habitantes de los barrios ubicados sobre la cuenca del arroyo que evacuaran preventivamente sus hogares, si las condiciones meteorológicas empeoraban. El gobernador Obeid encabezó la reunión del comité de crisis junto a los ministros nacionales de Salud, Ginés González García, y de Desarrollo Social, Alicia Kirchner. En total en la provincia hay casi 30 mil evacuados y 59 localidades afectadas.

Las primeras dos víctimas fatales se registraron a raíz de la destrucción de la casilla ubicada en la barranca, a la altura de calle Moreno. Restos de chapas, plásticos y pilotes quedaron esparcidos a un costado del muelle que habitualmente utilizan los pescadores, una de las tareas que desarrollaba José Alberto Colomé, de 24 años, una de las personas fallecidas en el accidente. Lo único que quedó estable sobre una de las chapas que flotaban era el cartel que anunciaba la venta de sábalos.

En la vivienda, junto a Colomé, se encontraba otro muchacho llamado Marcos, de 20 años, que también cayó al río y fue el primero de los cuerpos rescatados por personal de Bomberos que trabajaba en el lugar; mientras que su compañera, llamada Natalia, aún continuaba desaparecida.

En tanto, la madre de Colomé, que esperaba noticias junto a un familiar en el Parque de las Colectividades, dijo que "yo sabía que algo iba a pasar. El también sabía que corría riesgo ahí. Pero era su vida. José se dedicaba a la pesca y también cuidaba autos". Angustiada porque las autoridades no le brindaban información, la señora indicó que "tengo que esperar, es lo único que me saben decir. Si sé que sacaron a un compañerito de él, que le dicen Chucky".

La madre del muchacho accidentado agregó que su hijo convivía con Rosa Noemí, de 14 años, y un hermanito de ella. "Mi sobrino también vivía acá. Ella dormía arriba con el nene; y anoche vino a dormir a mi casa; si no, ella estaría muerta con la criatura", precisó la mujer, mientras Rosa comentaba que se había salvado "de milagro".

Consultado por Rosario/12, el comisario Néstor Arismendi, titular de la seccional 3º, indicó que "tenemos la aparición de uno de los cuerpos, ya sobre uno de los guardacostas. Se está trabajando debajo del agua, donde está el cuerpo del otro joven y sigue sin aparecer el de la chica". Según el comisario, el accidente ocurrió cuando "la tierra cedió, producto del temporal, y lamentablemente la casa era bastante precaria y han quedado aprisionado los cuerpos entre los durmientes, las chapas y el hormigón". Arismendi agregó que la "Municiaplidad, en el día de ayer (por el jueves) trasladó a la chica de 14 años, que hoy salió ilesa, a un centro de evacuados, estuvo allí y regresó por propia voluntad. Ella se salvó, pero no así su pareja y sus dos amigos".

Sobre la situación de los otros pescadores que habitan la zona, el agente policial manifestó que "hay seis o siete habitantes más de la barranca, en todo lo largo, y el juez extendió la orden por escrito de proceder al desalojo compulsivo. No se ha llegado a tal medida pero si hemos notificado a todos que no pueden estar y se retiraron los niños y las mujeres. Se van a quedar sólo los hombres, sobre la barranca, al cuidado de la propiedad y sus bienes muebles que están en el interior".