Programado para desarrollarse en distintos puntos de la ciudad y de Granadero Baigorria hasta el próximo viernes 15 de febrero, el rodaje de El último verano de la Boyita (que seguramente tendrá su estreno en los primeros meses de 2009) continuará luego en Villa Gesell y Urdinarrain, todas elegidas por la realizadora: "Rosario siempre fue el comienzo de la historia. Cuando hicimos Hermanas tenía a Rosario en mente, pero por cuestiones de producción terminamos haciéndola en Buenos Aires, pero esta vez para mí era muy importante mantener esa identidad rosarina que imaginaba para la película. También siempre supe que el campo iba a ser en Entre Ríos simplemente porque lo tengo en la memoria, es el paisaje de campo con el que tengo más afinidad. Y también porque hay algo muy específico: la comunidad con la cual se encuentra Jorgelina es la de los alemanes del Volga, algo muy específico de Entre Ríos, esos campesinos muy rubios y bastante atípicos dentro del campo argentino. Y la playa podía ser cualquiera, y Gesell es lo que más nos funciona a nivel de producción".