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Un nuevo número de Carretel, el 9, está ya disponible para sus lectores. Bajo el tema de Los malestares en la felicidad agrupa una serie de trabajos clínicos y epistémicos que exploran los efectos que el ideal contemporáneo de la felicidad produce en la subjetividad de la época, es decir, las nuevas formas del Superyo cuando la sociedad está regida por el empuje a la felicidad y al consumo.

Tal y como señala Eric Laurent en la entrevista que publicamos, la elaboración del Sumario de este numero muestra cómo el psicoanálisis está atento a tales efectos y tiene el deber de ayudar a comprenderlos.

Los trabajos que se recopilan ponen de manifiesto que para el discurso analítico se trata de no dejarse seducir por los encantos del éxito y su cuantificación, pues si lo hiciera, si tuviera éxito con la demanda que recibe de librar al ser hablante del síntoma y de lo real, el psicoanálisis, entonces, como nos recuerda Lacan, se convertiría en un síntoma olvidado, extinguido.

La política del discurso analítico no persigue el éxito, al contrario, el psicoanálisis trata los fracasos del discurso del amo en tanto que síntomas subjetivos con valor de real, es decir, ellos prueban la existencia del inconsciente.

Esta autonomía del discurso analítico habita el corazón de la propia experiencia analítica, posibilita el surgimiento del deseo del analista, anima el dispositivo del pase hasta el punto de que podemos decir que sin ella el psicoanálisis no puede leer la época que vive, no puede interpretar el malestar en la cultura. Se convierte en saber muerto, en una cacofonía. Así nos lo muestra otro de los textos que publicamos, el de Bernard Seynhaeve, cuando señala que la ganancia de saber obtenida a partir del encuentro con lo real en la experiencia del análisis le permite salvaguardar el agujero del no saber en la institución que dirige.

*Responsable editorial de Carretel. [email protected]