Jueves, 7 de enero de 2010 | Hoy
PSICOLOGíA › PARA SALIR DE LA TRAMPA DEL SISTEMA EDUCATIVO
Por German Caporalini*
Tomando como referencia el uso del palo en la Prehistoria hasta llegar al "ordenador" actual, mucha agua ha pasado debajo del puente. Qué papel jugó la técnica y qué valor tuvo la tecnología en el desarrollo de la sociedad humana es algo que nos preguntamos. Lo que queda claro es que la tecnología por sí misma no pudo ni puede producir cambios sociales. Condiciona esos cambios, los lleva a un punto de maduración.
Si a fines del siglo XIX las condiciones del proceso civilizador eran obstaculizadas por la ruralidad y el analfabetismo, un siglo después la urbanización y la alfabetización diseñan un paisaje socialmente distinto. No obstante, las desigualdades e inequidades persisten. Aquella urbanización instaló en la sociedad argentina la ilusión de una movilidad social ascendente perpetua.
Es preciso dejar en claro la magnitud del desafío que afrontan quienes se enfrentan cotidianamente con este grave panorama. Inevitablemente se llega a la conclusión de que la escuela resulta impotente para encontrar la salida del callejón. Lo ocurrido consiste ciertamente en la puesta en escena de la pavorosa crisis socioeconómica sumada, además, a la profunda brecha generacional que han abierto las nuevas tecnologías.
Una de las trampas más naturalizadas en el sistema educativo está en creer que las condiciones están dadas para todos. La escuela no está libre de las trampas de la sociedad, desde donde se filtran los comportamientos, las actitudes, los pensamientos y allí está la contradicción de los modelos que reciben los jóvenes desde ambos lados, en un caso por vía de la argumentación, y en el otro por vía de la seducción.
El engaño reside en que la dimensión técnica de la educación de lo único que se ocupe sea de que la meta esté en el mismo sitio para todos, y que haya un cronómetro fiel para todos pero ahí justo está la trampa. Si diferentes personas tiene que realizar la misma prueba es posible que alguna llegue última, lo que se asume como un fracaso y esto es devastador para quien lo sufre, marca su vida para siempre. Lo primordial es devolverles la confianza porque están privados de todos, desde lo afectivo, los códigos lingüísticos y lo que se intenta es que puedan descubrir que hay otro mundo para ellos.
*Psicólogo. De la ponencia Trabajo y Sociedad, El rol del psicólogo en la articulación Tecnología y Educación.
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