La organización del clásico de ayer se realizó de acuerdo a lo programado por las autoridades. La no asistencia de hinchada visitante volvió a simplificar el operativo de seguridad, donde 700 efectivos policiales tuvieron como mayor labor controlar los ingresos al estadio y custodiar la delegación de Newell's. En los accesos solo se produjeron corridas y algunos bastonazos por parte de la policía a simpatizantes pasadas las 14, cuando se cerraron las puertas del estadio y un centenar de canayas pugnaba aún por ingresar a la cancha. El micro con los jugadores rojinegros llegó a las 13 y se retiró a las 19 bajo un sistema de seguridad que impidió el contacto con el público local. La policía esperó la desconcentración en las adyacencias del estadio de los 40 mil canayas para ordenar la salida del micro de Newell's, que dejó Arroyito con custodia hasta el predio de Ricardone, donde los jugadores abordaron autos particulares. Por prevención, además, anoche la policía apostó patrulleros en los domicilios de los principales dirigentes leprosos.