"Un éxito" fue para las autoridades el operativo de seguridad del clásico. El Ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro y los jefes policiales monitorearon los controles dentro del Gigante del Arroyito y en los alrededores. La dirigencia canaya saludó el trato de los uniformados hacia los hinchas, "para nada violento". El único incidente de peso en el estadio fue el decomiso de pirotecnia y bombas de humo que trabajadores del área de Prensa de Central trasladaban en cajas de sadwiches. Luego, minutos después de iniciado el partido se produjo un cruce de policías con simpatizantes, que intentaron ingresar a la cancha sin entrada y la policía les respondió con el disparo de balas de goma.

"Se desarrolló con total normalidad", aseguró el titular de la Unidad Regional II, Marcelo Villanúa. El jefe policial reconoció que la "única nota negativa" fue el encuentro de las bombas. Villanúa, a su vez, informó que 50 agentes se trasladaron luego del juego al Coloso para controlar los desmanes que produjeron los hinchas leprosos tras la derrota.