El proceso que convirtió a González en la última ganadora del Premio Clarín de Novela, se inició cuando en el mes de mayo la escritora culminó con su maestría en la Universidad de Texas. "Tenía que ver qué hacer. Una de las opciones era volver a Argentina, tenía muchas ganas, pero también era muy difícil tener que volver a trabajar la cantidad de horas que se trabajan en Argentina, más si querés continuar con un proceso creativo. No lo descartaba, pero me presenté a otras becas y me salió esta en Pittsburg, que es un doctorado en Literatura Latinoamericana que me interesaba más porque no es un doctorado de crítica, sino que me sirve más para mi producción", relató. Finalmente, y luego de la decisión unánime del jurado que conformaron José Saramago, Rosa Montero y Eduardo Belgrano Rawson, la primer novela de González logró su derecho a publicación como ganadora del Premio Clarín, lo que además trajo aparejada una inesperada repercusión. "Fui un poco ingenua y no calculaba mucho la proyección mediática, me tomó bastante de sorpresa --reconoció la autora--. No pensé en eso cuando mandé la novela al concurso. Mi gran sueño era publicarla".