Margarita Genes participa de la vecinal, es delegada del Presupuesto Participativo, y trabaja para las mujeres de su barrio. Como María Esther Romero, que antes de enfermarse lideró la primera delegación barrial del Area de la Mujer. Para ella, es tan grave la inseguridad que enfrenta cada día como la violencia contra la mujer. "Soy muy metida, si veo golpes contra una mujer me meto. Tuve que hacerlo el último sábado, cuando vi como un chico le pegaba a la novia. Me metí y la llevé a la casa. Le dije a su papá que el novio le estaba pegando. Por eso muchas veces he recibido amenazas", cuenta Margarita. Ya en la vecinal, reclama que haya "un teléfono verde y otro amarillo en cada comisaría, con gente preparada para tratar la violencia contra mujeres y niños. Porque un policía no sabe cómo hacerlo. No es apto para atender estos casos. He acompañado a mujeres golpeadas a la seccional, y ellos le dicen 'quedate tranquila, volvé a tu casa'. Hace falta que ocurra una desgracia para que intervengan". En ese barrio, una desgracia tiene un nombre: el asesinato de mujeres por violencia física o sexual.