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Viernes, 20 de noviembre de 2009

MUSICA

Por un tecno responsable

 Por Natali Schejtman

Colectivo trasnacional focalizado en el activismo en determinadas causas y la música electrónica, Ultra Red es varias cosas a la vez. Sus acciones —performance de campo, instalaciones en museos, discos— se vuelven trasversales, motivadas por una de sus máximas: la de explorar el espacio acústico “como enunciado de relaciones sociales”. Es a partir de ahí que se relacionaron directamente con luchas políticas diversas. Sus discos son el resultado del material obtenido, sumado a un trabajo de interpretación electroacústica que se escucha como un ambient cartográfico y cargadito, un experimento sonoro y multitecno que habla y calla con elocuencia. Manuela Bojadzijev, socióloga y representante alemana del grupo, de paso por Buenos Aires, en el marco del ciclo “Post Post”, que año tras año conduce el periodista Pablo Schanton y que esta vez tiene como tema el Audioactivismo, señala un elemento de Ultra Red que caracterizaría a toda la música: “Es crucial entender que incluso algunas formas del arte o música que aparecen como apolíticas tienen que ser leídas en un sentido político”.

Para ilustrar el modus operandi, podemos citar Second Nature, uno de los discos y proyectos más conocidos, actualmente reeditado. Se trata de una pastoral electroacústica y urbana (con églogas y todo) que trascurre en el parque Griffith, en Los Angeles, y que se mete de lleno en la visibilidad pública queer, trazando una relación de los sonidos y onomatopeyas de la música con los sonidos y onomatopeyas del sexo. Los temas de esta pastoral fueron “encontrados” durante distintas ocupaciones del parque. Una, por ejemplo, fue realizada entre Ultra Red y la Alianza de Acción Gay y Lésbica, en respuesta a una redada policial (año ‘98) para “liberar al parque Griffith de los gays”. El trabajo está relacionado con la visibilidad del amor diverso en el espacio público y qué música podría surgir de allí: “A lo largo de todos estos años nuestra metodología de trabajo ha ido modificándose, sobre todo respecto de los lugares en los que trabajamos y las circunstancias políticas”, explica Manuela, que llegó a Ultra Red hace unos cinco años (tiempo después que Second Nature) desde la militancia en Kanak Attak, y se especializa en trabajar sobre el racismo y la inmigración, utilizando recursos de la performance y la investigación académica, como en el proyecto Block70 (activistas y migrantes serbios, explorados desde el techno).

Dos de los fundadores de Ultra Red eran miembros de Act Up, resonante organización de lucha contra el sida. Y Ultra Red no se alejó del tema. El proyecto más reciente es Silent/Listen, en el cual a los tonos encendidos de Act Up se los cruza con dos influencias de relevancia en el colectivo, John Cage y Paulo Freire, para rediscutir los modos de acción. Entonces, si la idea de Act Up ligaba el reclamo con la furia y el enojo, “esto es lo opuesto: ¿qué hay si el silencio que escuchamos sobre el tema es algo que tenemos que oír?”, dice Manuela. En distintos museos de Estados Unidos y Canadá hubo encuentros públicos destinados a crear un registro del pasado, presente y futuro de la crisis del sida e instancias de escucha concentrada del trabajo procesado.

Investigación, conversación, trabajo de campo, redes y registro, todo acomodado en un colchón de teorías musicales y situacionistas repensadas y reactivadas. Anclada en los bordes, Manuela explica el cruce constante de Ultra Red: “Yo creo que el arte puede crear ciertas formas de lo simbólico o algunos o lenguajes o sonidos o imágenes que ayudan a reconceptualizar y entender la política en un sentido diferente. Y creo que eso es muy productivo”.

Para leer: ultrared.org
para escuchar: pubicrec.org
Hoy es el ultimo dia del ciclo Post Post. Ver Agenda.

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