Para Esther Robinson, su tío Danny Williams siempre fue lo más parecido a un fantasma. Apenas tenía información confusa de su biografía: que había vivido con Andy Warhol y su madre durante 1965 en Nueva York, que participó en eventos surgidos en la Factory, y que, un año después, desapareció misteriosamente; tenía sólo 27 años y nunca nadie supo más de él. En la biblioteca de la casa de su abuela, algunos libros sobre Warhol tenían subrayado el nombre de su tío, pero nada relevante se decía sobre él; era evidente que fue alguien que no tuvo sus correspondientes minutos de fama. Tratando de resolver el misterio de esa corta vida, tras el hallazgo de una serie de películas filmadas por su tío, Robinson inicia una investigación para determinar la verdadera relación de Danny Williams y el universo de Warhol. El resultado de esa búsqueda fue el documental A Walk into the Sea, ganador del premio Teddy en el Festival de Berlín. El gran acierto de Robinson es lograr que los sobrevivientes de la Factory, esa usina de la diversidad, recuerden el ambiente de esa época dorada de la orgía polimorfa, artística y sexualmente hablando, haciendo foco en el romance de Warhol y su amante Williams. Porque el sexo y el erotismo siempre sobró alrededor de Warhol, tanto en su vida como en su obra, pero una visión amorosa apenas fue representada en películas y escritos de y sobre el pope del pop. Es que si la figura vaporosa de Danny Williams parece misteriosa, lo es más por estar ligada al amor, que siempre tiene algo de irreal. “La gente dice a veces que las cosas que pasan en el cine no son reales, pero lo cierto es que lo que no es real son las cosas que pasan en la vida real”, escribió Andy Warhol. La pequeña pero increíble historia de este documental tal vez sea la mejor certificación de esa idea. l

A Walk into the Sea se proyecta, con entrada gratuita, el domingo 29 de agosto a las 13.20 en Puma Urban Art, Pueyrredón 2501.