Es abogado, 44 años, aspecto límpido y sonrisa de propaganda de pasta de dientes. Es un político de centroderecha —Partido Progresista— en campaña para convertirse en diputado federal por San Pablo en las próximas elecciones generales brasileñas del año que viene. ¿Y cómo destacarse entre la fauna de candidatos y candidatas para que su nombre, Jeferson Camillo, quede grabado en la memoria de quienes podrían otorgarle su ansiada banca? Jeferson lo hizo siguiendo las más rudimentarias leyes del mercado de la publicidad que, al menos por derecho consuetudinario, dicen que el sexo y los cuerpos femeninos pueden vender cualquier cosa, incluso a un candidato. Así es que quien tiene como lema “Sí a lo nuevo” puso en la web una serie de spots en los que, por ejemplo, una pareja heterosexual metida en un jacuzzi le da la bienvenida a un amiguito —a quien nunca se ve del todo— para terminar diciendo: “Experimentá lo nuevo, seguro te va a gustar”. O se mete en la cama de una pareja de lesbianas cuando una de ellas pregunta si está nerviosa por esta primera vez y la otra contesta que no, que confía en Jeferson Camillo. Los chistes siguen: suena el teléfono en un telo, una chica atiende y contesta: “No, no estoy sola, estoy con Jeferson Camillo”; otra vez le tocará la misma frase a un muchacho. La última joya de la creatividad de la campaña es la imagen de una garota que se revuelve en su hamaca al son de “Garota de Ipanema” para después ir al baño, hacer pis de pie y sacudirse las partes sin quitarse la bikini; aquí el candidato “apoya la diversidad”. No se sabe si la popularidad de esta campaña se traducirá en votos para su mentor, pero lo cierto es que si hasta hace una semana JC recibía apenas cien visitas en su blog, desde que colgó los spots en YouTube las visitas se han multiplicado hasta alcanzar las 200 mil y contando.