Coincidió con su cumpleaños, como un regalo inversamente dirigido: el 8 de enero último, David Bowie estrenó tema, luego de una prolongada ausencia de la escena musical, que ya lleva(ba) diez años. Oda a la ciudad de Berlín, en la que pasó algunos años a fines de los ’70, “Where are we now?” parece un decolorado fotograma de aquella época, cuando Bowie adoptó a la capital alemana como hogar y fuente de material creativo, cansadx de arrastrar adicciones y megaestrellato andrógino en Norteamérica. De esa estancia en Berlín surgieron Low, Heroes y Lodger, trilogía de discos compuestos junto al productor Brian Eno, en los que fusionó rock experimental con sintetizadores á la Kraftwerk, sonido ambient made in Eno y una sucesión de imágenes de la ciudad sitiada. “Where are we now?”, entonces, es un mapa del pequeño mundo que Bowie habitó en Berlín entre 1976 y 1979. La megatienda KaDeWe, que queda cerquísima del departamento donde el músico vivía, alguna vez compartido con Iggy Pop; el primer paso abierto al comenzar la caída del Muro, el Böse Brücke, donde la gente se agolpaba de a miles; el bosque de la calle Nuremberg. Ya “Heroes”, del disco homónimo, funcionaba como homenaje al ímpetu de Berlín en los tiempos de la Alemania dividida, con su historia de amantes acodados a la sombra del muro, ese mismo muro que Bowie y Eno contemplaban desde los estudios de grabación en donde trabajaban.

Hasta hace muy poco, Reality (2003) era el último material editado oficialmente por el británico. Sin embargo, hace un par de años se filtró Toy, disco inédito compuesto en 2001, integrado en parte por versiones preliminares de lo que finalmente se llamaría Heathen, de 2002. Luego de editado Reality, Bowie comenzó una gira mundial que debió suspender sobre el final cuando tuvo que someterse a una angioplastia de emergencia. Siguieron un par de años sabáticos y proyectos breves, como contribuciones a bandas sonoras o performances aisladas.

Así es que con el lanzamiento de “Where are we now?”, el 8 de enero último, se anunció también la salida de un nuevo disco para marzo próximo, titulado The Next Day, que fue compuesto junto a su colaborador de larga data, Tony Visconti. La increíble portada utiliza como material de partida la de Heroes, reconfigurándola, dándole un nuevo sentido. El rostro de Bowie, trademark en su palidez y ojos bicolores, es cubierto por un rectángulo blanco, dejando únicamente a la vista el ademán de sus delgadas manos y su jopo característico. Como en los discos de fines de los ’90 y comienzos de los 2000, estamos frente a un David Bowie que recupera su archivo sonoro, desde Hunky Dory (’71) hasta Scary Monsters (’80), y lo reconstruye para reformular su legado, tal cual lo expone su última tapa.