Viernes, 30 de agosto de 2013 | Hoy
Venezolana, militante por los derechos trans y afrodescendiente, Yhajaira Falcón fue la primera travesti en reclamar la ley de identidad de género en un juicio. Este miércoles resultó absuelta por un supuesto robo armado que nunca se probó, luego de sufrir tres meses de maltrato en el pabellón trans del penal de Ezeiza.
Por Andrea Guzman
“¿Cómo te hacés llamar?” la interpelan –en un audio que se dio a conocer por internet- desde el penal donde pasó más de tres meses recluida: “Yo no me hago llamar, me llamo Yhajaira Falcón”. El caso de Yhajaira corresponde al primer juicio contra una travesti donde se reclama la nueva ley de identidad de género en Argentina. La situación ha resultado emblemática no solo por el implacable proceso en el que exigió ser tratada por su identidad autopercibida en instancias formales, sino por las crudas denuncias acerca los maltratos en los pabellones trans del Complejo Penitenciario I de Ezeiza y los nuevos actores que se han visibilizado y ocupado lugares de importancia durante el proceso, denunciando racismo y transfobia judicial, tales como el movimiento Afrocultural, Afros lgbd y Colectivo para la Diversidad.
Yhajaira Falcón es militante trans, venezolana y afrodescendiente. El viernes pasado se inició el juicio en el que se la imputó -sin pruebas físicas ni testigos presenciales- por el delito de robo con armas. La audiencia se copó de militantes afro, por los derechos humanos y de la comunidad lgbt, para acompañarla en la instancia en la que se la acusaba de robar 150 pesos a un taxista armada con una tijera. Sin embargo, la supuesta victima no se presentó a declarar, la tijera no fue encontrada y el único elemento físico -una caja de cartón con trozos de piedra y baldosas- no fue considerado material suficiente por los jueces para deliberar.
Este miércoles, Yhajaira resultó absuelta por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 9, el fiscal solicitó conjuntamente una investigación a los policías de la Comisaría 18 por “falso testimonio y detención arbitraria”.
La situación de vulnerabilidad extrema en la que se mantuvo Yhajaira Falcón no es un caso aislado y permite vislumbrar una historia que se repite en el barrio de Constitución. Por otra parte, el caso introdujo algunas nuevas tensiones entre el triunfo de la ley de identidad de género y sus actuales posibilidades de protección y formas de aplicación. “Hemos dado un paso muy avanzado con la ley. Yo luché por esto pero no se me ha respetado. Creo que también hay otras cosas que resolver que van más allá de lo legal. Aunque exista esta ley, un trabajo digno, un trato digno, respeto, no te lo dan por ser travesti. No te lo dan en ninguna parte” dice Yhajaira.
Yhajaira alegó inocencia y una persecución policial sistemática en el barrio. Estuvo más de tres meses –incluyendo 75 días de sanción en una celda en aislamiento 23 horas por día- recluida en el Pabellón E, módulo 6 de Ezeiza, lugar al que ella llama “el módulo del olvido”. Recientemente, la Procuraduría contra la Violencia Institucional del Ministerio Público Fiscal redactó un informe denunciando torturas, discriminación y graves deficiencias estructurales en el pabellón trans del penal. “Estamos en condiciones infrahumanas” declaró en esa oportunidad Falcón desde Ezeiza. “Nos pasan al pabellón psiquiátrico por ser homosexuales, estamos en condiciones insalubres, no tenemos derecho a asistencia médica ni calefacción, no tenemos derecho a nada” agregó. Vale decir, que aparte del maltrato físico y psicológico denunciado por las presas del pabellón, su primera defensora, Silvia Mussi Odriozola, fue separada del caso por negarle el derecho a ser llamada por su nombre. Y en adelante, la lucha por ser tratada legalmente con su identidad resultó desafiante: el expediente, los registros y testigos seguían refiriéndose a ella en masculino, sin objeciones de jueces ni defensores. Desde la Procuraduría, Mara López Legaspy comenta. “Lo más importante del juicio no tiene que ver solamente con la decisión de que Yhajaira no vuelva a estar en prisión, donde fue agredida en todos los aspectos posibles. Sino que además sienta un precedente muy importante en relación a la criminalización, a la situación frente al poder de hecho en este caso respecto a la Comisaría 18. Es algo que se va a poder replicar y aplicar en todas las causas donde una persona este sometida a un proceso penal y que pase por las mismas situaciones arbitrarias. Es novedoso, también, y es muy importante que se haga respetar la ley de identidad de género, que se cumpla la ley, no es ni mas ni menos que eso. A Yhajaira le pasó que su primera defensora le rompió el escrito y la obligó a identificarse con un nombre que no era el suyo. Avanzamos mucho legislativamente pero todavía nos falta un poco en términos judiciales y en modos de operar el derecho, de parte de quienes somos los actores en ese sentido, los que tenemos que representar esa ampliación de derechos garantizada por la ley”
Hace 10 años Yhajaira llegó desde Venezuela para vivir en el barrio de Constitución y se sustenta desempeñando diversas tareas, desde vender comida y ropa hasta limpiar los baños del hospital Ramos Mejía. Como forma de militancia, adoptó instalarse frente a la Comisaría 18 junto a sus compañeras – y portando pancartas con artículos de la Constitución- para exigir la libertad de los transexuales migrantes constantemente detenidos. Según las organizaciones y vecinos, La 18 se caracteriza por su actuar alevoso contra las travestis del barrio, los arrestos arbitrarios y con policías como testigos únicos no son raros. “Nos denuncian e inventan casos todo el tiempo, pero nunca consiguen armas ni pruebas” dice Yhajaira. De hecho, según estadísticas de la Secretaría General de Política Criminal y Planificación Estratégica, el 96% de estas causas son archivadas 1 a 3 meses después por falta de pruebas y autores. “Me gustaría que no se olviden de mis compañeras, mi caso no es una excepción, es necesario que la justicia sea idónea y correcta para todos” agrega Yhajaira.
Los juicios de Yhajaira Falcón fueron insistentemente difundidos y presenciados por diversos grupos como La Paquito, Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto y Putos Peronistas. También estuvieron presentes organismos nacionales; Procuraduría contra la Violencia Institucional del Ministerio Público Fiscal, Carlos Pisoni de la Subsecretaria de Derechos Humanos y la Coordinación Nacional de Diversidad Sexual del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
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