Viernes, 17 de octubre de 2008 | Hoy
LUX VA > AL ENCUENTRO DEL GRUPO LOS FIESTEROS
A la vuelta de su tour berlinés, nuestrx Lux no pierde el tiempo y se pierde en una orgía mixta y democrática, con una escenografía con ínfulas griegas de fondo. Aturdidx por tanta gimnasia, esta vez se retira... intactx.
¿Es posible que un mismo cuerpo baile una noche en Berlín y la siguiente se revuelque en Buenos Aires? ¡Larga vida a la aeronavegación y a los whiskies que todavía son gratis dentro de la nave y permiten un sopor reparador y necesario! Y por qué no al hombro amable que recogió mi baba de 10 horas de sueño corrido en la ínfima butaca, aunque una mano bien colada en mi entrepierna me dejó ver que la posesión del hombro da derechos. En fin, como dice Tía Enriqueta, lo primero es la solidaridad. Cuestión que llegué y me lancé sobre mi atiborrada casilla de emilios que apenas había contestado desde las Uropas para seleccionar uno y sólo uno: “¡Fiesteros para everybody!”. Incluido este body, al que alguna vez vetaron esos chongos talibán de la plancha de ravioles en los abdominales. La cita era en Class, Venezuela al 3500, tempranera, antes de las ocho y media ya estás guardando tu ropita en la bolsa de consorcio, aunque se pueden conservar los tacos, que esos no me los saco, igual que mi diminuta bandolera de strass, donde guardo un puñado de forros y sobres de gel que te dan como caramelos en la entrada. Música de los ’80, adorada, aunque nadie baila a Depeche Mode y a New Order, el ritmo sirve para otras cadencias. Me van a disculpar los tacos, pero hoy me siento chongo activo, será tanto hétero en busca de las pocas conchitas que pululan por aquí y acullá y encandilan el paisaje. Hoy, más que chongo, me siento puto; aunque si encontrara en este marasmo una tortita dulce me dejaría embriagar por el aire de su escote. Hela ahí, la diviso, se la está poniendo un chongo que por algo se retira, ella me mira a los ojos, pienso que es la mía, pero en cuatro la chica pone cara de vaca: “¿Me la ponés un ratito?”. Ay, no, mi amor, si no hay manoseo, ya lo dije, hoy soy puto. Y así me paseo por la decoración grecorromana de telo, cortinas negras, estatuas; un señor habla de Platón, los sátiros, Dionisios. Arriba de su cabeza, unas plantas de plástico hacen de corona de laureles. De pronto la orgía se puso culta. Una fuente sin agua sirve de carrusel erótico, la gente gira y yira alrededor. El pasillo al baño, un dark room improvisado, al fondo dos cuartos oscuros pequeños. Las travestis y las cross se confunden, una muy mayor mama a tres señores al mismo tiempo. Dos bellos mancebos cogen a mi lado, un señor besa a una obesa, miro las escenas de la mano de un hétero tímido y voyeur. Será el jet lag, pero la libido me abandona; espero volver a ser la Lux de otros ojos, pero no será está noche. En un cuarto, todo colchón negro en el piso, 30 cuerpos desnudos se confunden. En algunos rincones se habla más de lo que se hace, en otros se hace más de lo que se habla. Mi deseo languidece como pasa de uva. Tal vez estoy empachada de ardor, no culpen a la noche. Me retiro virgen. Otra vez será.
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