Memorabilia de Xuxa, discos de Flavia Palmiero, el long play de Leonor Benedetto, merchandising de las Spice Girls, grabaciones de Julieta Magaña, el casette de La Isla de los Wittys, el cd de Fey, fotos de Cecilia “Caramelito” Carrizo, souvenirs de Verónica Castro, el discazo de Nicole Neuman y decenas de fragmentos audiovisuales de Susana “Soy siempre igual” Giménez: ante la curada colección de piezas que Matt Spice disemina en sus perfiles digitales, hay que decir que desde la web de antena argentina nunca el pop había llegado tan alto. Ni tan bajo. Matt Pellegrini para facebookeros, Spice para twitteros y Matt a secas pero a colores saturados para todxs. 28 añitos, quilmeño, acompañante terapéutico y desde hace tres años hipermontado host de las Fiestas Warhol: “Matt Spice es un nickname que inventé para entrar a un chat de UOL en el 2000. Usar el ‘Spice’ es una forma de presentarme al mundo como un eterno fan de las Spice Girls. Muy orgulloso de serlo”. Es en Instagram donde los filtros para imágenes refuerzan el carácter tan pretérito como aurático de estas fotografías, que Matt interpreta su mejor versión: “Travestísima” es su usuario: “No estoy a la altura de una drag queen, mucho menos de una travesti. La idea de usar un nombre femenino me resultaba ridícula porque no compongo un personaje, soy yo pero con una peluca y maquillaje. Soy chico gay de día y travestísima de noche”. Los más trasheros exponentes de la adoración que profesa Matt están encabalgados entre fines de los años ’80 y comienzos de la década riojana: “La generación a la que pertenezco y en la que crecí” y añade: “Según un amigo, las artistas que me interesan, si son o fueron rubias y lindas, seguramente me van a gustar aunque canten fatal, desde Hillary Duff a Las Trillizas de Oro”. A la cabeza de los rezos, Xuxa (“siento por ella amor en el más puro de los estados, admiración por su trabajo, enamoramiento de su imagen icónica de hada madrina cuasi intergaláctica y gratitud eterna”). Por algo, cuando del montaje nocturno se trata, Matt emula los looks de la eterna rival criolla de la brasileña: “Es tal el respeto y la admiración que siento por Xuxa que irónicamente el 95 por ciento de la imagen de Travestísima está basado en su rival argentina, Flavia Palmiero en La ola está de fiesta: pelo castaño claro ondulado, vestuario ceñido arriba y abajo faldas cortas pero muy amplias con kilómetros de tul”. Facebook también reserva para el universo Matt un verdadero open source de incunables: en el perfil “DJ Spice y con la gentileza propia del conquistador que no por amabilidad pierde su condición de sublime, Matt publica links de descarga gratuita de los discos que atesora. Así trabaja: “Durante años busqué videos sobre Patsy en la web. No había. Cuando compré el VHS de El clan de Patsy lo subí fragmentado. Hoy algunos superan las 35 mil reproducciones. Gracias a esto, muchos fans brasileños de Xuxa conocieron la copia local”. Como en un tratado fotográfico de religiones comparadas, en la Santa Biblia de Pellegrini, a cada ídolo internacional le corresponde una imperfecta y pesificada vertiente pampeana: “Nicole fue la Britney criolla, Leonor Benedetto tenía un estilo muy similar a lo que años después hizo Lana del Rey; Divina Gloria siempre será la Madonna argentina y Nacha es nuestra Cher, todos lo sabemos. Si la gente se liberara de los prejuicios y escuchara sólo la música, se daría cuenta de que hasta Yuyito González tiene un tema bueno en su disco ¿Qué te pasa?:

¿Y estás en pareja?

—Sí, y sus gustos son absolutamente diferentes de los míos, pero me soporta hasta cuando estoy en días de escuchar “Te amo”, de Andrea del Boca, las 24 horas.