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Viernes, 28 de agosto de 2015

En Rusia también hay

La película rusa Compañeros felices, de 2009, explora con resultados desparejos la escena drag en la capital soviética, por lo que es mejor verla recordando lo mucho que padecen las personas lgtbiq en esas latitudes.

 Por Ignacio D’Amore

Si fuese un producto de procedencia norteamericana, la película rusa Jolly Fellows (literalmente, Compañeros felices) bien podría haber integrado el repertorio de comedias satíricas poco felices al estilo Another Teen Movie, un rubro en sí mismo que mucho le debe a La pistola desnuda –salvo el ingenio y el sarcasmo, de los que suele carecer– y que se ocupa de recoger aquellos tics y gags más sonoros de las superproducciones de turno para malenhebrarlos en un argumento que, siempre, es preferible no volver a recordar. Compañeros felices puede resultar, frente a los ojos de una audiencia habituada a Priscillas, Hedwigs y Femmes Letales, un tanto vista, incluso ya ingerida pero en otras presentaciones. Están allí las drag queens curtidas y sensiblonas, las más jovenzuelas y atrevidas, todas ellas parte del elenco de un nightclub moscovita. Claro que una de ellas viene con hija teen bajo el tul, y hay otra que se escapa del hogar materno y acaba siendo vestida para matar por su progenitora. Más que todo, aquello que no deja de aparecer con la insistencia de un mal ex novio es la idea, para nosotrxs inevitablemente anticuada, de que el remate de las situaciones dramáticas en un film de estas características se avecine cuando quien protagoniza dicha situación se atreva de una vez a calzarse la peluca y enrularse las plataformas para salir a patear la calle rusa sin mirar a quién.

Y es así, entonces, que la bella Lyusya deja las lentejuelas y las tablas para reencontrarse con su familia, que no vive cerca de Moscú; pero poco dura el paréntesis, pues Lyusya comprende que ya es hora de que el pueblo que la vio ser parida ahora la conozca como “realmente” es. Otro problema: el hincapié que se hace en las identidades “reales” y en los irrefrenables deseos de expresarlas, esto es, un aparente impulso drag al que más tarde o no tanto terminan todas por sucumbir, como cuando es de madrugada y unx abre la heladera pidiendo pecar; impulsos a los que se les hace caso, y que el film aplaude, porque lo que hace falta en Rusia para hacer algo de este tenor es coraje.

En fin. Vale la pena este rato de ver aquello que ya hemos visto, pero pensado y hecho en tierras donde un hombre con vestido y labial que ose pasearse por una estación de tren repleta (como ocurre en la cinta) con seguridad sea detenido, en el mejor de los casos, o linchado en tiempo record.

Compañeros felices se emitirá por Eurochannel el viernes 18 de septiembre a las 21 hs.

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