Viernes, 3 de junio de 2016 | Hoy
Viviana D’Amelia expone una serie de fotos que retratan momentos de la vida cotidiana de Lohana Berkins, matriarca, pensadora y voz indispensable de los movimientos de disidencia sexual de América Latina y más allá.
Por Paula Jiménez España
Esta muestra tiene una historia: se trata de una serie de alrededor de veinticinco imágenes extraídas de la cotidianidad de Lohana entre 1997 y 2002, los años en que se fue desarrollando entre ella y la fotógrafa Viviana D’Amelia, una amistad que tuvo a este proyecto como excusa. “Voy a estar agradecida toda la vida de haberla conocido y haber compartido con ella esa parte de nuestra vida. Sin duda soy otra a partir de eso. Lohana en aquel entonces trabajaba como secretaria del bloque de Patricio Etchegaray. Le comenté que me interesaba trabajar con ella y allí empezamos, enseguida, al comienzo acompañándola mucho en sus actividades políticas”, cuenta D’Amelia. Que a partir de entonces el vínculo fue transformándose en un lugar cómodo para ambas es algo que puede percibirse en la descontractura de las escenas fotografiadas; en una de ellas, Lohana aparece tirada en el piso de su propia casa subiéndose el pullover y mostrando su panza hinchada, su pelo despeinado, su cara lavada, la total despreocupación por su apariencia; en otra se la ve recostada y descansando sobre el sillón de su amiga Josefina Fernández. Pero en la serie no faltan tampoco las circunstancias sociales, las reuniones familiares en su Salta natal, o junto a sus compañeras de lucha a las que iba a visitar al Hotel Gondolin. En una de las imágenes se la puede ver como frente a un público, visiblemente carismática como era, desplegando ese íntimo esplendor que era su sello en un gesto de vedette de entrecasa: alzando vuelo con dos alas de nylon que se abrían desde sus brazos en alto. Siempre una reina. Cámara en mano, Vivi D’Amelia, que estuvo al lado suyo para inmortalizarla un poco más y, con ojo político, mostrar a la líder travesti en su vida diaria, presentó por primera vez esta serie curada por Julieta Escardó, en el Espacio Ecléctico en 2003. “Este ensayo fotográfico parte de una reflexión acerca del travestismo como construcción de identidad de género -dice el texto de la muestra-. Segura y silenciosa en el manejo del blanco y negro, la autora explora la vida privada y cotidiana de la travesti y dirigente trans Lohana Berkins. Buceando en momentos de celosa intimidad, logra salirse sensiblemente del estereotipo y se proyecta en un intento por revertir la mirada oficial que reduce el universo de las travestis como un mero espectáculo para el consumo cultural”. La bellísima serie es acompañada también por palabras luminosas de la propia Lohana: “Me pregunto cómo será ser un hombre, porque nunca viví de esa manera -dijo una vez-. Ni siquiera me siento hombre. Como mujer, te diré que tampoco sé cómo se vive. Porque yo no soy mujer. Soy travesti. Esa es la palabra que me identifica. Mis tetas, mi pene, mi cuerpo entero. Y esta sonrisa que no podés ver”. Viviana D’Amelia la vio.
Lohana. Inaugura este miércoles a las 19 en el Centro Cultural Tierra Violeta, Tacuarí 538.
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