En tiempos remotos, los concursos de belleza eran patrimonio exclusivo de las chicas lindas que soñaban con convertirse en reinas y ser recogidas por algún príncipe azul en el palacio de la felicidad. Luego, llegaron los Mister Gay aquí y allá, dejando demostrado que la frivolidad y los cuerpos en exposición ante un jurado no tienen dueña única. Ahora, tarde pero segura, le toca el turno a Miss Lesbiana.Y con ella empieza a quedar atrás el estereotipo de torta aburrida y desgreñada. La idea surgió en Chile (Chile Lesbos con la colaboración del Movilh) donde se lanzó vía Internet esta convocatoria a la que respondieron unas 30 chicas, todas rondando los 20 años. Magra pero contundente la respuesta, culminó con dos reinas de 16 años que por juventud y declaraciones –una de ellas contó en el podio que alguna vez estuvo a punto de suicidarse por no poder resistir la presión homofóbica de su entorno– impusieron otro ritmo a la marcha del orgullo de este año. Algo está cambiando en las tradiciones. Hay más mujeres con ganas de hacerse ver.