Tres noches en un hotel de cinco estrellas a pie de playa, desayuno y cena incluidos, una visita al Museo Arqueológico de Alicante (MARQ), entrada+copa en una conocida discoteca y actividades náuticas varias como paseos en kayak o por una playa nudista. Todo acompañado de un tratamiento de fecundación in vitro que incluye la posibilidad de elegir un embrión sano y de fenotipo a elección; o bien realizar la combinación deseada entre el óvulo propio o de la pareja y los muchos donantes de espermatozoides cuyo anonimato está garantizado. En fin, que tomarse unas vacaciones en las playas de España y volver embarazada es la oferta más popular de la agencia Rainbow Tourism –en alianza con el instituto Bernabeu, especializado en fertilidad– para lesbianas europeas. “El turismo reproductivo ya existe en España, sólo el 2008 el 25 por ciento de las mujeres que atendimos eran extranjeras y la gran mayoría lesbianas”, explicó Sómnica Bernabeu, gerenta del instituto de fertilidad. La novedad es que ni este instituto ni la ciudad de Alicante piensan perderse el negocio. Por eso la publicidad ya se ha lanzado en Alemania, Italia, Suiza –en donde está prohibida la donación de ovulos– y en el Reino Unido –donde lo que está prohibido es el anonimato de los y las donantes de semen y ovocitos–. Además, entre Londres y Alicante, por ejemplo, hay entre 20 y 30 vuelos diarios, lo que permite planificar cómodamente las vacaciones. O el embarazo. “Además –insiste María José Rico, socia de la agencia de turismo– es menos engorroso que ir a buscar niños para adoptar en países lejanos: con la fecundación in vitro se asegura un embrión sano y al llegar al país de origen se lo anota como cualquier otro hijo de madre soltera”. Practiquísimo, ya no hay que escribir cartas a la cigüeña, basta con mandar un cheque a la oficina de Alicante y conseguirse unos cuantos días para tomar las copas sin culpa, justo antes de quedar embarazada.