Viernes, 18 de septiembre de 2009 | Hoy
GLTTBI
Hay una homofobia pseudo religiosa y manochanta que nos quiere hacer creer que la homosexualidad es un camino con retorno. Un trastorno de la identidad que se curaría con dieta líquida a base de agua bendita o simples toquecitos a un manto de la descarga. A esa tarea se abocan grupos fundamentalistas que organizan conferencias para curar homosexuales como otros —los mismos— realizan exorcismos o hacen saltar de pronto a viejitas artríticas. Y la Argentina no es una excepción, por cierto. Para comprobarlo, basta ver los casos de Retorno a la Vida, un grupo cristiano evangélico que desde 1994 “ayuda para la recuperación del homosexual” a través de terapias grupales, o el del Ministerio Restauración, una agrupación cordobesa en cuya página web (www.restauracion.org.ar) puede leerse el testimonio de uno de sus coordinadores, Mauricio Montión, quien proclama que Jesús y su iglesia lo “ayudaron a superar la homosexualidad”, al tiempo que asegura sentirse llamado a “extender esa compasión a otros que están acorralados por el quebranto homosexual”. Con ese objetivo, el 9 y 10 de octubre el Ministerio organiza en Buenos Aires una “conferencia de restauración emocional, relacional y sexual”, titulada “Reparando muros caídos”, y que según se explica en la página de la agrupación está dirigida a “personas víctimas de abuso sexual, rechazo, descuido, adictos sexuales, y a personas con luchas homosexuales indeseadas”. ¡Y todo por el módico precio de 40 pesos!
El año pasado, el Ministerio Restauración invitó a la Argentina a Andrew Comiskey, miembro de Exodus International, un grupo norteamericano dedicado a revertir la atracción homosexual por medio de la voluntad y la oración. Y fue la venida de este “teólogo”, autor de libros en los que cuenta cómo pudo él sacarse de encima la homosexualidad, lo que hizo que Víctor H. Bracuto, clérigo de las Iglesias de la Comunidad Metropolitana en la Argentina, presentara una denuncia ante el Inadi a fin de sentar jurisprudencia en un terreno por de más sensible: la discriminación religiosa. La denuncia tuvo respuesta positiva recientemente por parte del Inadi, al considerar que “la celebración de una conferencia sobre sanidad sexual que tenga entre sus objetivos ‘sanar al homosexual’ resulta discriminatoria”. Ante lo que Bracuto recalcó: “Las conferencias y ministerios ‘Ex Gay’ no hacen más que dañar y confundir a mucha gente, ocasionar más vidas infelices, frustradas, deprimidas, provocando adicciones y aun suicidios. Dios nos guarde de aquellos que puedan ser piedras de tropiezo”. Que así sea.
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