Virginie Despentes es ex punk, ex vendedora de discos, ex vendedora de sexshop y ex prostituta. Hoy integra un estrellato selecto de jóvenes novelistas francófonos mimados por la crítica. La aparición de la novela que cuenta la historia de dos prostitutas convertidas en asesinas seriales (que en España se tradujo como Fóllame (1993) y que, luego, fue llevada al cine) la catapultó de hacedora de fanzines y escritos marginales a escritora premiada. Despentes es también un icono de los estudios queer, al igual que su novia, Beatriz Preciado. A pesar de tanto reconocimiento conserva la marca del underground, se define como proletaria de la feminidad (cuyos malos sujetos son las putas, las lesbianas, las violadas, las marimachos, los y las personas trans, las negras, las musulmanas, en fin, “las que nadie desea, las histéricas, las taradas, todas las excluidas del gran mercado de la buena mujer”). Despentes extrae de su propia biografía, en la que figuran la violación, la violencia y los trabajos basura, buena parte del material que usa para dar forma a la ficción y la reflexión. En 2005 escribió canciones para la banda A. S. Dragon. Dirigió Bye Bye, Bondie, basada en su novela homónima. En 2009, el documental Mutantes (Feminismo porno punk), que luego fue llevado a la televisión. En 2010, con Apocalipsis bebé, ganó el Premio Renaudot.