Tandil es uno de los destinos más populares de Semana Santa. Porque es cerca, porque la temporada es ideal, y porque se realiza cada año una conmemoración del Vía Crucis que se encuentra entre los más importantes de la Argentina. Los principales escultores argentinos de mediados del siglo XX participaron en el proyecto, concluido en 1943, que incluye una capilla destinada a Santa Gemma y una réplica de la Gruta de la Virgen de Lourdes.

La Manzana Jesuítica de Córdoba es el escenario, cada Viernes Santo, de un Vía Crucis viviente en el que un nutrido público acompaña a los actores que recrean las escenas bíblicas. La procesión avanza desde la Plaza España por la Manzana Jesuítica y hasta la explanada de la iglesia Catedral.

En Yavi, en la Puna, a sólo 15 kilómetros de La Quiaca, hay una tradicional celebración de Semana Santa con pequeñas procesiones que se van concentrando en el lugar desde las localidades de los alrededores. Son los “doctrines”, que visten hábitos y llevan antorchas, flores, rosarios y faroles de papel: por la noche, el espectáculo es doblemente conmovedor. Aquí, como en otros pueblos de la región, se realizan también las ferias de Pascuas, donde el trueque es una práctica habitual.

Itatí, en la provincia de Corrientes, es uno de los principales centros de peregrinación en la Argentina. La ciudad nació sobre una antigua reducción indígena en 1615, aunque su segunda y definitiva fundación data de principios del siglo XIX. En 1950 se construyó la imponente basílica que guarda la imagen de la Virgen de Itatí, centro de una importante festividad en el mes de julio, pero también de las celebraciones de Semana Santa, cuando es el punto de reunión de numerosos fieles del Litoral.

En Junín de los Andes las procesiones de Semana Santa se celebran en torno del Vía Christi que se está realizando sobre el cerro de la Cruz. Son en total 21 estaciones extendidas sobre ocho hectáreas, con estatuas de tamaño natural, cuya principal particularidad es el sincretismo entre los elementos mapuches y los cristianos. Se muestra la vida de Cristo, pero también la tensión entre criollos e indígenas en tiempos de la colonización: así, si Jesús tiene rasgos mapuches, los soldados romanos están inspirados en los conquistadores. Más allá de los debates que generan las esculturas, es un lugar para visitar, en particular en el período de Pascua.